“A fines de la semana pasada, las nuevas autoridades nos comentaron que 15 días antes que salga la gestión anterior se había liberado licencias por 80.000 toneladas de cemento y que todavía había pendientes de ingreso unas 60.000. Es decir, hay 140.000 toneladas de cemento aprobadas para ingresar”, detalló.
Para tener una idea del perjuicio que les representa, Wardle mencionó que la demanda local actual es de 120.000 toneladas, que bien pudiera ser satisfecha por las cementeras locales.
“Nos preocupa la autorización que hizo la gestión anterior y que le deja a esta administración. Desde la mirada de la industria cementera esto es preocupante porque por delante vamos a tener varios meses donde va a seguir ingresando cemento importado que el mercado no necesita y complicando a los productores locales”, explicó
Dijo que esta situación pone en riesgo parar la producción de cemento, lo que finalmente atenta contra los puestos de trabajo.
“El costo financiero de acumular stock es alto y si el cemento importado es alto no tiene mucho sentido producir”, apuntó.
El gerente de Yguazú Cementos sostuvo que ya se inició conversación con las nuevas autoridades del MIC y que esperan tener el apoyo para regular la importación de cemento según la demanda local.
“Estas licencias, una vez que son aprobadas, tienen 30 días para ser utilizadas y ahí se genera una instancia donde la empresa, que tiene la licencia y no la utilizó, tiene que gestionar una extensión del plazo, nosotros más allá de explicarles la situación, les pedimos que tengan en cuenta a la hora de otorgar las licencias que vean las necesidades del mercado y le plantemos que al momento de solicitarse la extensión de la licencia se revise la demanda” comentó.
Recalcó que el perjuicio no solo se da para las industrias cementeras, sino también para las distribuidoras.