“En varias inmersiones observamos a tiburones de 4 especies distintas, que curiosamente se acercaban a nosotros; esto hizo que me interesara e investigara sobre estos sensacionales animales, para conocer su comportamiento en especial ante la presencia humana”, comenta Raúl Santiviago, empresario paraguayo quien fue al mar de Caribe, en Cuba, buscando aprender más sobre buceo.
La idea inicial del compatriota era adentrarse en el buceo profundo y de caverna, para luego explorar los cenotes que, según comentó abundan en nuestro país y de los cuales poco se sabe.
Un cenote es una depresión geológica en la que se acumula agua. La misma se suele formar en algunas cavernas profundas con aguas subterráneas.
Santiviago manifiesta que después de mantener contacto constante con estos “magníficos depredadores” se pierde el miedo y uno se acostumbra a la presencia del otro.
“Los tiburones tienen mala reputación, se piensa que son agresivos y atacan sin piedad a los humanos, pero en la mayoría de los casos es por confusión.”, señala.
En cuanto a los casos de personas atacadas por estos animales, indica que lo normal es que confundan la silueta humana con la de focas y otras especies marinas.
“Simplemente no somos parte de su menú”, recalca que por esta causa es que dejan escapar a sus víctimas lastimadas.
Cómo no ser atacado por tiburones
Entre las principales recomendaciones que deja el buceador, para quienes les interese imitar su experiencia y aventurarse a estar cerca de estos peces, está el hecho de que no es bueno ingresar a su territorio sin respeto, se deben cumplir con ciertas normas de seguridad.
“No es recomendable tocarlos o hacer que se sientan acorralados, (aunque yo lo hice para poder obtener esas maravillosas imágenes), pero cuando uno los toca o sujeta ellos simplemente quedan inmóviles y se vuelven completamente dóciles. Al soltarlos segundos después vuelven a nadar normalmente y sin rencores”, relata.