Hace unos días la Asociación Paraguaya de Juicios por Jurado realizó una conferencia con representantes juristas nacionales e internacionales.
Específicamente, hablaron de la evaluación del sistema penal paraguayo y como área central, el juicio por jurado. Tuvo como disertantes al presidente de la Asociación paraguaya, Marcos Köhn; al ex fiscal general Luis Escobar Faella y a varios referentes del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip).
Otro de los expositores presentes fue el vicepresidente de la Asociación Argentina de Juicios por Jurados, Andrés Harfuch, quien aseveró que nuestro país ya tiene el ajuste necesario para implementar el jurado en los juicios.
“Paraguay está en condiciones ideales para retomar lo que tuvo durante 70 años y que por un decreto funesto de 1942 se abolió antes de una larga dictadura”, explicó.
Por su parte, detalló que esto ayudaría a reducir el alto índice de desconfianza en el sistema de Justicia. “Lo que hace falta es decisión política”.
CÓMO FUNCIONA. Preguntándole, Harfuch nos dio detalles de cómo funciona el juicio a través de un jurado.
Se trata de un juicio dirigido por un juez con doce jurados. En Argentina, son seis mujeres y seis hombres, por la Ley de Paridad de Género. Ellos deben dar un veredicto unánime para condenar o absolver.
Los doce reciben instrucciones legales del juez director del debate y la resolución que dan es definitiva e inapelable. “Una vez que el jurado tiene un veredicto, el pleito se termina allí, salvo en caso de condena, que el imputado tiene posibilidad de un recurso”, dice Harfuch.
Para llegar a esos doce, se pasa por un filtro de selección, ya que para cada juicio van 50 candidatos a jurados (ciudadanos) y las partes empiezan a hacer preguntas y si se observa que uno de ellos ya tiene una opinión formada, hay posibilidad de recusarlo.
“El beneficio principal es que no hay ningún tribunal más independiente e imparcial que un jurado, porque estos no pertenecen al Estado, no conocen el caso y de su decisión no va a depender si los ascienden o los expulsan. Es libre hasta de la prensa”, aseveró el jurista.
EXPERIENCIA INTERNACIONAL. Argentina es uno de los países que ya implementaron esta herramienta hace unos años. Fue en el 2011, en la provincia de Neuquén, que se dictó la primera ley, y en el 2014 se hizo el primer juicio. Según nos relata el vicepresidente de la asociación argentina, a partir de ahí fue como un efecto dominó y llegó a la provincia de Buenos Aires y muchas otras más.
Actualmente, ya se hicieron casi 800 juicios por jurado. Se empezó de manera gradual con hechos como homicidios, abusos sexuales y lentamente se está empezando a extender a otros crímenes, como drogas y trata de personas.
“Los jurados tienen un sentido común y un sentido del valor cotidiano y es, además, un fenómeno inclusivo muy grande”, finalizó Harfuch.
El jurado es un símbolo de la libertad. En el país se puede retomar esa tradición democrática.
Andrés Harfuch,
de la Asociación Argentina.