Loizaga recordó que este es un tema que ya en 1996, cuando se desempeñaba como embajador en Ginebra, la Unión Europea cuestionaba que se siguiera cobrando tales aranceles consulares. La idea era ir eliminándolos progresivamente en la medida que el presupuesto del MRE pudiera financiarse con recursos del Tesoro (Fuente 10), lo que no ha podido hacerse hasta ahora.
“Al menos que ya lo tengan previsto ya”, dijo.
Explicó que está de acuerdo con que deben eliminarse, pero tiene que preverse cómo reemplazar los ingresos provenientes del cobro de estos impuestos. “Si el ministro de Economía dice tengo 50 millones de dólares para pasar a Relaciones Exteriores, no habría problema de que se suprimieran esos aranceles”, expresó. Si no, se comprometería el funcionamiento del MRE en cuanto a sueldos, viáticos, sostenimiento de las embajadas, etc.