“La reforma de la Caja Fiscal debería haber sido la prioridad para el Gobierno. Sin embargo, el MEF la ha dejado como último a ser presentada del paquete de reformas. Varios economistas pensamos que ha sido una equivocación este retraso”, afirmó.
En ese sentido, recordó que en el año 2003, durante su propia gestión al frente de la cartera económica, la Caja fue una de las primeras reformas realizadas, precisamente por el ya elevado déficit operativo, elevándose el aporte.
“En esa oportunidad se elevó el aporte de 14% a 16% y se trató de disminuir la heterogeneidad de beneficios entre los seis sectores. Desafortunadamente, se ha ido revirtiendo las mejoras introducidas en forma sistemática por motivos políticos hasta llegar otra vez al punto de partida: Elevado déficit operativo creciente. La situación actual de la Caja es realmente insostenible desde el inicio de este Gobierno”, remarcó.
Sobre el planteamiento del actual ministro de Economía, Carlos Fernández Valdovinos, quien dijo que la reforma debería empezar por modificaciones en sectores como los policías y militares, Borda coincidió en que son los que concentran el mayor déficit, seguidos por los magistrados y docentes universitarios, pero estos últimos con peso financiero relativo bajo.
Reforma general. Sin embargo, insistió en que el caso del sistema de jubilaciones público debería ser tratado en su conjunto en busca de eliminar las diferencias que existen entre los seis sectores.
“Entiendo que el Gobierno lo haría por separado para evitar una revuelta masiva de los sindicatos. La opción de iniciar con policías y militares, además de tener el déficit más alto, no tendría el Gobierno ninguna movilización para presionarlo. Tardaron en ocuparse de la Caja y discutir y negociar con cada sector del sistema de jubilaciones del sector público no veo que sea el camino correcto. Debe ser con los representantes de los seis sectores”, apuntó.
Enfatizó en que, si bien es sabido que todos quieren más beneficios, esto no puede ser posible, por lo que sugirió que se presente la comparación de los parámetros o indicadores, como años de servicios para jubilación, aporte-retiro al jubilarse, la relación entre aportes y montos a recibir de jubilación y el aumento de monto de jubilación por ajustes de salarios para activos.
“Aunque sea probablemente más difícil, la reforma del sistema contributivo debería buscar la convergencia por las diferencias muy marcadas entre los seis sectores. Eliminar la inequidad y la insolvencia del sistema son los dos grandes objetivos de la reforma. Por consiguiente, debería tratar en forma conjunta. El contraste de beneficios entre los seis sectores es realmente inequitativo. La necesidad es nivelar la cancha sin favorecer a ningún sector”, subrayó.
Finalmente, advirtió que no hay más tiempo para demoras, ya que se debe evitar que la reforma coincida con el proceso de las elecciones municipales, a fin de evitar influencias partidarias.
“El saldo rojo de la Caja Fiscal es la más reclamada por la ciudadanía por el incremento de los déficits pagado por los contribuyentes y la diferencia de beneficios entre los sectores. El cambio debería ser ahora porque más demora haría difícil una reforma seria. La reforma del 2003 fue buena, pero la influencia partidaria se encargó de perforarlo en forma sistemática hasta repetir la historia con mayor dramatismo”, concluyó Borda.