Para el compositor, arreglador, investigador y docente del arpa paraguaya, su participación en este festival fue más que especial, ya que compartió escenario junto a sus hijas, la guitarrista y cantante Ana Bernal y Rosa Blanca Bernal, así como con el músico cantante y guitarrista Javier Miers, entre otros invitados.
El arpista comentó que su hija Ana María sigue viviendo en Suiza (donde se radicó Adolfo Bernal hasta los 50) y que su hermana Rosa suele ir a visitarla una vez al año, se queda dos meses, y aprovecha para ofrecer conciertos con ella cuando va. “Tienen mucha aceptación allá”, dice.
Galán, quien cuenta con muchos aportes valiosos a la tradición musical, dijo emocionado a ÚH, después de su actuación, que “es la primera vez que compartimos escenario en familia después de mi retorno al Paraguay de Suiza hace ya más de 30 años”.
Y fue tanta su emoción que en la noche que le tocó actuar junto a su ensamble musical pasó varios minutos el tiempo asignado por el festival, pero el público estaba agradecido por eso y lo mostró con calurosos aplausos, tras escuchar Pajarito mañanero, una de sus nuevas obras..
El músico que enseña en el Conservatorio Nacional de Música (Conamu) hace ya dos décadas confesó, además, que se encuentra muy feliz por seguir trabajando con sus más de ocho décadas de vida, y que piensa seguir tocando el arpa y enseñando hasta que sea posible.
También confiesa que ya no quiere viajar. “Ya viajé mucho, viajé por tres décadas, desde que tenía 21 años (década de 1960). Yo viajé y viajaba por el mundo llevando la música paraguaya, viví diez años en Brasil, y 20 en Suiza”, recuerda y agrega que cuando el músico sale de su país, viaja a otros países, siempre aprende algo y luego lo aplica a su música. “Así como lo presentamos en esta ocasión en el festival, músicas con influencias internacionales”, reflexiona.
Activo. El artista se declara una persona activa y sostiene que no “no pasa por su mente” la idea de jubilarse y que quiere seguir tocando el arpa hasta “por lo menos los 130 años”.
Para llegar a esa edad, Bernal cuenta que se cuida en la alimentación, y parte de su secreto, señala, es comer mucha banana, afición por la cual es muy conocido entre sus allegados. También se controla con los carbohidratos y reemplaza el arroz y el fideo por el repollo.
“Yo sigo tocando en fiestas privadas. Hasta la pandemia, tocaba en el Hotel Sheraton los fines de semana, pero con la crisis sanitaria terminó”, sostuvo el arpista y docente que formó gran cantidad de alumnos.
Bernal se declara tranquilo y austero, no sale por las noches y trabaja en su estudio de grabación en la casa. “Trabajar con la música es lo que me gusta. Predico la salud, lo que yo sé y me hace bien, y lo comparto”, detalla.
En su haber. Adolfo Bernal cuenta con más de 30 discos LP grabados, muchos junto al célebre compositor y director de orquesta Herminio Giménez. “Estar con una eminencia como él me hizo aprender muchísimo, veía cómo el con su bandoneón enseguida hacia lo que le pedían, y yo hoy, hago música así”, expresa.
El docente que tiene seis libros publicados y quien dice ser el único arpista que grabó con Luis Bordón, recuerda que su apodo, Papi, viene justamente de Herminio Giménez, y Galán, por su apariencia “seguramente”, dijo con picardía.
Papi Galán, quien construye arpas y guitarras con algunas innovaciones, más bien para experimentar nuevas ideas y no precisamente para el comercio, presentó uno de sus inventos más importantes en el festival, la guitarra de 2 caras Mbaraká rova moköi.