Como se informó en la última sesión de la Junta Municipal para continuar con la obra hacia la descarga en la calle Soldado Desconocido, se precisa el desalojo de la vivienda que está en el cauce Santo Domingo y que supuestamente interfiere en el trazado de la alcantarilla.
Una de las afectadas aseguró que la empresa contratista ofreció a su familia la posibilidad de mudarse durante tres meses pagando un alquiler mensual de G. 2 millones. La afectada, sin embargo, reclamó el hecho de que dicha solución no sea definitiva. Mencionó que vive en el lugar hace más de 53 años y que su padre, un ex combatiente, compró el terreno del que ahora la Comuna pretende desalojarla.
Un vecino consultado sobre la situación, añadió que desde la Comisión Vecinal informaron que tanto el interventor, Carlos Pereira como la ingeniera de Obras Mirtha Acha indicaron que la familia debe ser desalojada. “Dijeron (...): ‘La Municipalidad no se va a hacer responsable, ellos están usando ese lugar y tienen que salir nomás ya’”, contó el vecino.
Última Hora consultó con el interventor y este pidió que se consultara al respecto con la encargada del Área Social, Ana María Morel. La funcionaria, consultada sobre el mismo tema, no supo precisar cuál es la propuesta ofrecida por la Municipalidad para resolver la situación de la familia. “Se está hablando con ellos para ver qué solución se les puede dar”, se limitó a decir.
A esta situación se suma, además, el hecho de que hay otros pobladores que alquilan habitaciones en la zona y que podrían sufrir la misma amenaza de desalojo. Dichas viviendas se ubican entre las calles Comandante Luis González y Francisco Ravizza. De acuerdo con los vecinos de la zona, se prevé que la obra atraviese por estos tramos.
En un plano de la obra al que accedió ÚH, se observa que las calles Luis Enrique Migone, Francisco Ravizza, Cmdte. Luis González y Profesor Justo Román se enmarcan justamente como zona de obras de la Fase 5 del desarrollo del proyecto.
Tala. En tanto se revela la falta de planificación de la obra, los vecinos recuerdan el arrasamiento de árboles de la zona. Mencionaron que por lo menos se talaron entre 10 y 15 árboles, de mango, limón y otros. “Vinieron ellos (Consorcio Pluvial Santos) y metieron arena y tiraron todo”, recordaron.
“Todo lo que había de árboles acá, planta de mango, de limón, los animales que venían a comer, era impresionante, hermoso era el arroyito, los pajaritos que venían”, dijo uno de los pobladores.
Un de ellos aseguró que ya hay vecinos que plantean vender sus casas por el temor y la falta de previsión de la administración del intervenido Óscar Nenecho Rodríguez. “No nos avisaron. Vinieron a hacer el trabajo sin notificarle a nadie”, recordó, y afirmó que esta situación inclusive debería plantearse en una sesión de la Junta, atendiendo a su gravedad y a los posibles nuevos afectados.
Otro vecino consultado aseguró que en el sitio se necesitan “más máquinas” y “más personal” para apresurar la obra, atendiendo a que su avance resulta muy lento. “El problema de ellos es el raudal, las lluvias, entonces ellos tienen que tener una estrategia, un plan B para ese tiempo que les lleva las lluvias”, dijo.
Mencionó que la máquina utilizada por la empresa “trabaja media hora y tiene que descansar dos horas”, otro motivo por el cual se estaría retrasando el trabajo. También advirtió que existe un muro de contención que corre el riesgo de derrumbarse.
La estructura, ubicada a un costado del cauce, fue elaborada debido a la colaboración de los vecinos, pero los vecinos temen que se desplome atendiendo a que las excavaciones que se realizan en la zona son profundas.
“El muro ya quedó al aire y ya hay un peligro de derrumbe de todo el edificio y la casa” de quienes viven en el área del cauce en donde se construye in situ el alcantarillado celular de hormigón armado.