Monseñor Gabriel Escobar, obispo del Vicariato Apostólico del Chaco, en la homilía de este domingo en la Basílica de Caacupé, afirmó que “hace tanto bien” escuchar los clamores y necesidades del pueblo.
En ese contexto, cuestionó a las autoridades que “solo se preocupan de sus cosas particulares, empresas, y no del pueblo”. Advirtió que, de seguir así, siempre estaremos estancados y seguiremos viendo a tantos compatriotas dejar su tierra natal por la falta de atención.
Al respecto, recordó que la migración paraguaya en Argentina data desde la revolución de 1947 y fue una constante por la realidad que nos toca vivir debido a las consecuencias políticas, económicas y sociales, lo que convierte a la ciudad de Buenos Aires en la más habitada por paraguayos migrantes.
Siguió reflexionando que la migración “es de carácter mundial, enorme” y que hay 1.000 millones de personas que viven en lugares donde no nacieron, generado una enorme situación de conflicto a nivel global.
Respecto a la situación de la región, mencionó a la reforma migratoria impuesta por el gobierno del presidente argentino Javier Milei.
Puede leer: Defensora paraguaya de migrantes: “Al Gobierno de Paraguay no le interesan sus emigrados”
La reforma introduce cambios a la Ley de Migraciones 25.871, la Ley de Educación Superior 24.521, la Ley de Educación Nacional 26.206 y la Ley de Ciudadanía 346.
“La migración es una crítica feroz hacia los gobiernos que no han logrado generar condiciones de vida para que los ciudadanos no tengan a verse obligados a salir del país”, expresó e indicó que “es un rasgo de cinismo” en el Paraguay, donde los gobiernos “se ufanan” de que los expatriados envíen remesas familiares a nuestro país, que contribuyen altamente con la economía paraguaya.
“Eso significa que los nuestros, que viven en Argentina, en España, en Estados Unidos, sean hoy, casi, en cantidad económica, los que aporta al Paraguay la misma cantidad que exportamos en carne vacuna”, manifestó.
También cuestionó que los gobiernos compliquen la posibilidad de sufragar o votar desde el exterior a los connacionales a causa de las últimas leyes, lo que dificulta mucho más a los migrantes paraguayos votar.
A su criterio, la migración también ocasiona una fractura en el ámbito familiar, ya que muchos de los hijos deben ser dejados al cuidado de los abuelos, de tíos o de personas cercanas.
“En síntesis, podemos decir que la migración por causas políticas, sociales y económicas es una dura condena a los gobiernos incapaces de generar oportunidades en sus países de origen”, sentenció.