Kemsu, un ciudadano coreano y propietario de una despensa ubicada en el microcentro de Asunción, afirmó que tuvo que colocar unas rejas a su negocio para evitar que le sigan robando.
El hombre mencionó que antes de colocar las rejas, una usuaria al crac entró al local y se sentó frente a la caja, y salió corriendo con el dinero. Todo esto ocurrió en segundos, mientras él se fue a la parte trasera del negocio.
Por su parte, Venancio Cuellar, quien desde hace 30 años trabaja como taxista, señaló que hace cinco años se ven más adictos por las calles. “Ya van siete celulares que me roban y si no le das al menos G. 2 mil te patean el auto”, lamentó.
Resaltó que la mayoría de los usuarios de drogas son hostiles, rompen los vidrios de los negocios y de los autos para robar. También cuestionó la labor de la Policía. “Mientras, los policías le piden sus documentos a un trabajador honesto y a ellos ni les revisan”, sentenció.