Por Elías Piris | Twitter: @eliaspiris
Diciembre llega de golpe para hacernos caer en la cuenta de que un año más llega a su fin.
Diciembre es un mes de clásicos en estas latitudes: Villancicos, flor de coco, frutas de estación, calor, cigarras, guirnaldas, pesebres, arbolitos con nieves falsas de algodón, lucecitas de colores made in China, bombas, tráfico colapsado, compras compulsivas a último momento y Navidad sin ti.
Otro año ya se ha ido
Cuántas cosas han pasado
Algo hemos aprendido
Y algo hemos olvidado
Pero dentro aquí en mi alma
Nada nada ha cambiado
Siempre te tengo conmigo
Sigo tan enamorado
Las lucecitas de mi árbol
Parece que hablan de ti
Y entre piñatas y sonrisas
Siento que no estés aquí
Navidad sin Ti
es por excelencia y por implícita unanimidad la canción clásica de fin de año. Compuesta por el mexicano Marco Antonio Solís -cuando todavía era la voz principal de la agrupación Los Bukis- antes de lanzarse como solista, esta canción tiene sus amantes incondicionales que la cantan a todo pulmón y también sus detractores quienes la califican de ser “un bajón” y un peligro para quienes sufren los embates de la soledad en una época en la que se echa de menos a los que no están.
Sobre esto último, el periodista y presentador de televisión Mario Ferreiro opina que toda canción expresa sentimientos y no por eso significa que traiga nefastas consecuencias a los agobiados. “La canción me parece linda y creo que cumple con su objetivo, que es describir el sentir de fin de año. No todo el color de rosa ni la risa molestosa de Papá Noel. En estas fechas también recordamos a alguien que falta en la mesa o a esa ex novia que nos rompió el corazón”, reflexiona Ferreiro, quien confiesa de antemano que no es un gran consumidor de la música de Solís, pero que lo respeta como cantante y compositor.
“Que una canción pueda parecer triste a varios no significa que incite al suicidio como piensan algunos. ¿A qué artista le conviene que su audiencia se suicide? Si es por eso, muchos que escucharon Yesterday de The Beatles hubieran entrado en depresión o los fans de Ozzy Osbourne se hubieran suicidado en masa al escuchar Suicide Solution”, señala el comunicador.
Opinión contraria tiene la periodista de Arte y Espectáculos de Última Hora, Marisol Ramírez, quien comenta lo siguiente: “Recomiendo conectarse siempre con músicas que trasmitan alegría, y ayuden a tener la mente positiva y el corazón lleno de amor. En metafísica aprendí que siempre tenemos que conectarnos con lo que eleve nuestra vibración energética al máximo, y nos contagie de buena onda”.
“Entonces, atendiendo a estas recomendaciones apago o cambio el dial si me encuentro con esa canción, que solo logra que los seres celestiales corran despavoridos ante tanta negatividad y mala vibra. Entiendo y respeto a quienes quieren ahogarse en el dolor y el sufrimiento, pero como enseña el budismo, el dolor tal vez no es opcional, pero el sufrimiento sí".
En el espejo veo mi rostro
Va acabándose mi piel
Y en la agonía de este año
Siento que muero con él
Llega Navidad y yo sin ti
En esta soledad
Recuerdo el día en que te perdí
No se en donde estés
Pero en verdad
Por tu felicidad
Hoy brindo en esta Navidad
Pero no solo en Paraguay se reedita todos los años el radial éxito navideño. El tema goza de buena popularidad en su país de origen y en toda Latinoamérica. Prueba de ello es el relanzamiento de la música en una versión en vivo filmada en la Plaza de Toros de Morelia, en el último concierto multitudinario ofrecido por Marco Antonio Solís. El videoclip de la versión 2014 de Navidad sin ti puede apreciarse con alta calidad de imagen y sonido en YouTube.
Guste o no, la voz de Marco Antonio seguirá por muchas navidades más sonando en radios a pilas, equipos de sonido, automóviles, en fiestas de la alta sociedad y pequeños copetines, en pasillos de shoppings y supermercados atestados de personas, hasta en jugueterías y almacenes de barrio. Nadie está a salvo de aquellos simples acordes, de las campanas que marcan la introducción y ese estribillo tan presente en la memoria colectiva como el canto de las cigarras en el atardecer veraniego.
Instrucciones para soportar Navidad sin ti
Por Carlos Elbo Morales*
No es suficiente que cada fin de año el mundo enloquezca. No basta con el tránsito atascado, las gargantas al borde de la explosión y las cabezas sobre la línea de gol del ACV. No, nada impide que el tsunami del mal gusto se haga presente cuando empiezan los acordes de Navidad sin ti de Marco Antonio Solís. ¿Porquéeeee ese ícono al mal gusto musical, lacrimógeno y soso se ha convertido en un patético himno en las tierras de habla hispana? Uno se pregunta eso, mientras esquiva autos e inminentes psicópatas de los últimos días de diciembre.
¿Qué hacer entonces, para huir del maleficio del ex Buki? Y realmente es muy poco, pero por lo menos se puede intentar. Por ejemplo cuando camina por la calle y escucha que un vendedor ambulante atrona el espacio público con el aullante tema, cruce la vereda. Cruce lo más rápido que pueda, por su vida. Pero mire también antes de cruzar.
También, antes de salir protéjase con unos buenos auriculares, conectados al celular, reproductor de mp3 o mp4, walkman o casetera. Cualquier grabación de Emiliano Ré lo salvará de ese tormento pseudo musical. Trate de no encender la radio, ni la tele ni mire mucho los diarios. El fantasma de la Navidad sin Ti ronda los lugares más inverosímiles y se mete de lleno en su mente y sueeeena, sueeeeena sin parar. No mencione tres veces de seguido el nombre del tema, pues de seguro alguien en algún lugar lo reproducirá y ahí sí ya no hay raudal que lo salve. Y sobre todo, hágase de fuerzas de corazón, riñon y oídos para soportar el adefesio musical que aparece cada año que se ha ido.
*Escritor y periodista de la revista Vida