La muerte del actor Paul Walker el pasado 30 de noviembre, causó un hondo impacto en Hollywood y en los fans del actor californiano.
Supuso además un mazazo para el equipo de “Rápido y Furioso 7", que se encontraba en pleno rodaje de la séptima entrega.
Como si fuera poco, el presupuesto de la película puede dispararse a causa de una póliza récord de USD 35 millones, que no deja de engordar, señaló The Hollywood Reporter.
Inicialmente la séptima película de la franquicia iba a costar a Universal casi 150 millones. Pero no contaban con la tragedia de Walker. Su fallecimiento no solo retrasó el rodaje, sino que obligó a idear toda una serie de alternativas para mantener su personaje, Brian O’Conner, como parte de la trama.
El resultado: casi USD 200 millones de presupuesto, que podría incluso aumentar.
El loable propósito de dar un final honroso al personaje de Walker disparó los gastos y en consecuencia la millonaria póliza suscrita por el estudio.
Para mantener la ilusión de que el difunto actor está presente en la película, no solo colaboran dos de los hermanos del actor, Cody y Caleb, que tienen un gran parecido con Paul. También interviene un doble en determinadas escenas, y todas estas “interpretaciones” deben pasar después por el filtro de los efectos digitales de Weta, la compañía de Peter Jackson.
Soluciones costosas, un presupuesto que se dispara y tensiones en aumento entre el estudio y la compañía aseguradora. En total, más de tres meses de rodaje que culminarán en julio con una escena en California en la que participarán 600 personas. Lujos casi excesivos, incluso para una de las franquicias que más recaudó en la última década.