El gurú financiero estadounidense Jeffrey Epstein, que esperaba ser juzgado por explotación sexual de menores, fue encontrado muerto en el Centro Correccional Metropolitano de Manhattan, tras un aparente suicidio, lo que provocó protestas sobre sus condiciones de custodia y desató una gran cobertura mediática a nivel nacional en los medios de prensa.
El gobierno y el FBI iniciaron investigaciones inmediatamente, mientras políticos, funcionarios judiciales y las presuntas víctimas manifestaron su sorpresa de que Epstein no fuera objeto de mayor vigilancia, dos semanas después de que realizara un intento fallido de quitarse la vida.
El magnate de 66 años, entre cuyos amigos estaban el presidente Donald Trump, el ex presidente Bill Clinton, el príncipe Andrew de Gran Bretaña, entre otros muchos políticos y celebridades de todo el mundo, había sido condenado anteriormente por pagar a jóvenes por masajes sexuales en su mansión de Palm Beach. Sin embargo, logró evitar ser acusado penalmente por esos casos al firmar un controvertido acuerdo, bajo el cual se declaró culpable de un delito estatal de solicitar prostitución a una menor de edad y se registró como delincuente sexual. Estuvo 13 meses en una prisión del condado, de la que podía salir durante el día, regresando cada noche a dormir a la cárcel, antes de ser liberado en 2009.
El billonario fue arrestado el pasado 6 de julio, cuando su avión privado aterrizó en Nueva Jersey, y fue trasladado a Nueva York para enfrentar los cargos relacionados con tráfico sexual de menores.
Su muerte ocurre luego de que este viernes un juez de la Corte de Apelaciones de Manhattan ordenara la publicación de cientos de documentos sobre Epstein, que pertenecían a un caso paralelo cerrado contra una mujer que era supuestamente su reclutadora.