Se unió a las Misioneras de la Caridad en 1976 inspirada por el trabajo a favor de los pobres de la Madre Teresa, que había fundado la congregación en Calcuta en 1950 después de una experiencia mística.
Tras la muerte en 1997 de la Madre Teresa, beatificada en 2003, la hermana Nirmala pasó a ocupar su puesto en la dirección de las Misioneras de la Caridad hasta 2009, cuando pidió ser relevada para llevar “una vida de contemplación”.
Las Misioneras de la Caridad, en sus orígenes una pequeña congregación que ayudaba a los más pobres de Calcuta, se ha convertido en una red que cuenta con unas 4.500 religiosas que trabajan en más de 130 países, donde tienen unas 700 casas dedicadas a asistir a los necesitados.
“Después de dejarnos la Madre Teresa pensamos que sería muy difícil, pero no, la Madre está siempre guiándonos y crecemos cada día gracias a sus bendiciones”, aseguró la hermana Nirmala en 2004 al diario The Telegraph de Calcuta.