Desde hace 28 años, la prohibición del trabajo infantil establecida en la Convención de los Derechos del Niño y de la Niña, aprobada un 20 de noviembre de 1989 por la Asamblea General de las Naciones Unidas y ratificada por la República del Paraguay en 1990, es letra muerta.
Ayer, la celebración del Día del Niño hizo más notoria esta triste realidad en nuestro país. Mientras en numerosos lugares se celebraba esta tradicional fecha, con globos, golosinas, payasos y regalos, gran cantidad de menores se encontraban en las calles de Asunción ofertando todo tipo de mercaderías o haciendo malabarismos con pelotas, naranjas u otros objetos para ganarse la vida.
En la jornada tampoco faltaron aquellos precoces limpiavidrios, que al igual que los demás pasan sus horas en la vía pública en medio de todo tipo de peligros, principalmente el de ser arrollados por vehículos que circulan a gran velocidad.
Muchos de ellos tal vez movidos por su propia necesidad o explotados por sus progenitores o encargados para que les consigan algún dinero.
Otra cara de esta lamentable postal se daba en algunas plazas y parques de la capital, donde grupos de chicos, en este caso indígenas, pasaban las horas en medio de una absoluta miseria, tal vez ansiando que sus padres hayan logrado acceder a alimentos que salven el almuerzo o “volados”, tras haber consumido alguna droga.
INDIFERENCIA. En la mayoría de los casos, estos niños y niñas, que venden frutas, caramelos, esponjas vegetales o sencillamente piden monedas a los conductores, solo reciben la indiferencia de personas que están más metidas en sus compromisos que en reparar en esta problemática social.
Las instituciones que deberían velar por su seguridad y sus derechos también están ausentes para hacer cumplir los alcances de la mencionada convención internacional.
Esta semana fueron presentados datos estadísticos durante el Seminario Internacional del Sistema Nacional de Protección Integral y experiencias de inclusión de la participación de organizaciones de niños, niñas y adolescentes que se realiza en la Universidad Iberoamericana.
Según las cifras divulgadas, 416.426 menores realizan trabajos de forma irregular en nuestro país, es decir, 22% de la población entre 3 y 17 años. De ese número, 64.962 niños no estudian; en tanto que otros 46.993 están en situación de criadazgo. Hay 126.515 que emprenden tareas domésticas no remuneradas irregulares.
La Secretaría Nacional de la Niñez y la Adolescencia (SNNA) indica que en 2017 se tuvo 1.267 casos de abuso sexual infantil.