Apenas recuperándose de un severo cuadro de dengue, el obispo recibió a un equipo de ULTIMA HORA.COM con el que conversó acerca de los casos que salpican a los sacerdotes Gustavo Ovelar Aquino y Francisco Javier Bareiro, párrocos en la localidad de Paso Yobái, distante a unos 60 kilómetros de la capital guaireña.
Valenzuela aseguró que la Iglesia realiza una investigación paralela a través de una comisión investigadora, además de seguir lo realizado por la Fiscalía a cargo del representante del Ministerio Público, Carlos Alvarenga. Los datos recabados son enviados a Roma para su veredicto final.
Protocolo. El religioso explicó además que existen dos protocolos que la Iglesia sigue, por un lado “del obispo para con los sacerdotes diocesanos” y por otro lado “el protocolo para religiosos, porque se mueven con otro esquema de reglas y normas de vida que ellos tienen, donde nosotros como obispos no podemos inmiscuirnos”, manifestó el monseñor Valenzuela.
Denuncia. El caso llegó a la Fiscalía de la mano de la congregación religiosa Oblatos de María Inmaculada en carácter de denuncia con el aviso correspondiente al obispo, quien inmediatamente desvinculó de la parroquia a los afectados.
“Me parece bien por parte de la congregación. Ser oportunos y adelantarse a los casos cuando se trata de situaciones delicadas”, enfatizó.
Hasta el momento el obispo no mantuvo ningún encuentro con el fiscal del caso. Manifestó que prefiere mantenerse al margen para que no se mal interprete como una intromisión: “queremos dejar que trabajen en paz y que no sientan ningún tipo de presión o influencia, porque nosotros también queremos que se encuentre la verdad”, indicó.
“Estas cosas a veces sin querer suceden, es propio de la debilidad de la persona humana y en esta ocasión le tocó a uno o dos sacerdotes. Quién sabe si por ahí habrá otros más, Dios no quiera. Pero estamos acompañando este proceso para que se busque la verdad y se dé la sanción a quien merezca si es que es cierto”, señaló el obispo.
Agregó que si bien están acompañando de cerca a las víctimas, tampoco buscan interferir en las decisiones que ellos deban tomar.
Finalmente manifestó que se encuentra en oración por la comunidad para que se sane la herida que fue muy dolorosa “para todos, incluso para mí como obispo, para la Iglesia, para toda la comunidad y el país”.