25 ene. 2025

Monitorear la evolución argentina para reducir la vulnerabilidad de Paraguay

Paraguay tiene una economía abierta, muy pequeña y altamente vulnerable. La economía de Argentina cuenta con muchas vías de transmisión hacia la paraguaya, lo que requiere atención y un permanente monitoreo por parte de nuestras autoridades económicas. Los efectos a nivel macroeconómico por la volatilidad del tipo de cambio, las remesas, el contrabando y el turismo son algunas de las variables a considerar. Las autoridades deben enfrentar estos riesgos con políticas claras que busquen reducir el impacto negativo en la economía paraguaya.

La economía argentina presenta altos niveles de inestabilidad derivados de su elevado nivel de inflación y cotización del dólar. La inestabilidad en sí misma ya es un problema, ya que genera incertidumbre y nos enfrentamos a la llegada de flujos financieros, muchos de ellos ilícitos, tal como se registran en los informes de organismos financieros internacionales.

Sean lícitos o ilícitos no siempre son positivos y en algunos casos tienen efectos en los dos sentidos. Un ejemplo es el del mercado inmobiliario, que si bien dinamiza la economía paraguaya, también termina encareciendo la vivienda para los nacionales, expulsando a los paraguayos de sus propias localidades. Desde esta perspectiva, la vivienda se convierte en un medio de ahorro, limitando su rol como generador de calidad de vida y bienestar.

Paraguay necesita la entrada de inversiones extranjeras; sin embargo, para que ellas cumplan con su rol, estas deben beneficiar al país y no solo a un porcentaje mínimo de la población de mayores recursos.

El contrabando es el otro grave problema. La entrada de productos argentinos afecta a la producción interna, lo que significa pérdida de empleo y de ingresos. Al final de la cadena se encuentran la pobreza y la desigualdad económica con el riesgo de aumento.

Si bien el tipo de cambio es el origen del problema, no se puede negar el rol de las debilidades institucionales del sector público paraguayo. Su capacidad de fiscalización y la falta de integridad de los funcionarios públicos conspiran contra cualquier medida que tome el país para limitar la entrada ilegal de productos. El contrabando desde Argentina no es solo el que vemos en las calles. También estamos en el medio del tráfico ilegal de soja argentina hacia el exterior, lo cual perjudica nuestra imagen país.

El contrabando destruye la economía y la institucionalidad, ya que socava las debilitadas bases del aparato estatal, debido a la corrupción que trae aparejada en las diversas instituciones de fiscalización y control.

Otro efecto negativo es el derivado de la gran cantidad de connacionales que viven en el vecino país y que envían remesas a sus familias. Este hecho, de menor visibilidad que el derivado de la entrada y venta de productos en las calles y negocios, no es menos importante para las familias paraguayas, especialmente para las de menor ingreso.

La Argentina históricamente ha sido la vía de escape para la población económicamente activa nacional que no logra encontrar empleos de calidad en su país. La migración económica lleva décadas y ha significado una salida de recursos humanos reduciendo la presión interna sobre el desempleo y permitiendo una entrada de recursos económicos.

Los efectos económicos se manifiestan por las vías anteriores, pero también por la reducción del turismo de los argentinos. El sector hotelero, con gran impacto en la absorción de mano de obra, siente el efecto del deterioro de las condiciones de vida en el vecino país. Las restricciones de divisas afectarán a las exportaciones paraguayas hacia este país.

La inestabilidad afectará también a la inversión en Paraguay tanto de paraguayos como de argentinos, ya que la volatilidad de la economía se extiende más allá de sus fronteras, sobre todo, teniendo en cuenta que en los últimos años ha habido un flujo relativamente importante de recursos hacia Paraguay.

La política interna no podrá impedir el impacto, pero sí puede reducirlo y, principalmente, generar condiciones para transmitir tranquilidad bajo el supuesto de que se implementarán medidas basadas en evidencia empírica y con altos niveles de racionalidad e integridad.