Barrios dejó de lado su discurso y con cierta emotividad recordó que era la última vez que participaba en un acto como ministro de Salud. Fue en una actividad por el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, que se conmemora cada 1 de diciembre.
“Es mi último acto en el que voy a participar. Me voy en menos de 45 días. Tenía un discurso tremendamente frío y técnico (sic)”, dijo para luego asumir que su gestión tuvo un fracaso importante que “le duele”.
“Traté de hacer el máximo esfuerzo para tener los logros que hoy tuvimos. Pero hay una cosa en la que hemos fracasado: en el tema de discriminación, y eso me duele”, remarcó.
Reconoció que los mismos médicos y funcionarios son los que discriminan a las personas con VIH, pese a que diariamente se atiende a miles de personas diferentes.
“Me duele porque lo hacemos nosotros los médicos, los funcionarios de Salud y me cuesta mucho entender el porqué. Tocamos todo tipo de pacientes y debo decir que me voy a ir del cargo sin saber por qué ocurre esto”, dijo.
A su criterio, el problema principal se da porque las personas no tienen la capacidad de entender y aceptar al resto.
En cierto momento hizo alusión a su candidatura al Senado para el periodo 2018 – 2023 y dijo que el próximo año seguirá trabajando como un ciudadano más en la lucha contra la discriminación.
Sostuvo que, incluso, pretende presentar una propuesta para incluir esta problemática dentro del sistema educativo para fomentar la prevención.
Más datos
73% de las personas que viven con VIH en Paraguay sufrieron discriminación o estigmatización a causa de su estado de salud en el último año.
Esta fue una de las conclusiones recogidas en el Índice de estigma en personas que viven con VIH, documento que también evidenció que la vida de las mujeres y transexuales portadores de este virus es más complicada. De hecho, el 53% de estas mujeres fue víctima de malos tratos.
Este estigma externo se manifiesta en problemas de exclusión a la hora de encontrar trabajo, vivienda, servicios sanitarios o educación, como dijeron cuatro de cada diez participantes en el estudio.
Estos problemas se suman al propio aislamiento personal, ya que tres de cada cuatro aseguraron que habían renunciado, por motivos personales, a tener hijos, pareja, relaciones sexuales o a quedar con sus amigos y familia, entre otras actividades, publica EFE.