Recordó también que Paraguay es el segundo exportador mundial de energía renovable, aunque no es algo de lo que pueda enorgullecerse, porque es mejor utilizar esa energía en el país para la industrialización. Detalló que el país, a pesar de su capacidad, enfrenta desafíos, ya que un 37% de la matriz energética proviene de la biomasa, otro 37% de combustibles fósiles, y apenas 26% es el uso de la energía eléctrica verde. “La transición energética justa significa empleo, inversión, que permita lo que es justo, no existe la transición energética injusta”, aseveró.
“No existe una transición energética injusta, no lo vamos a hacer. Porque representamos el 0,01% de las emisiones globales de CO2. Entonces Paraguay no es el problema, Paraguay es la solución”, insistió.
Por su parte, Gabriela Elizondo, del Banco Mundial, subrayó que las necesidades de inversión son inmensas, por lo que fondos públicos y de multilaterales no son suficientes para cubrir la demanda, y hay que atraer al sector privado.