Miles de florentinos y turistas de todo el mundo acudieron ayer a Palazzo Vecchio en Florencia para rendir un último tributo al célebre cineasta italiano Franco Zeffirelli, quien falleció el sábado a los 96 años.
Desde las primeras horas de la mañana se formó una larga fila frente al Palazzo Vecchio, en el corazón histórico de Florencia, para despedir al director de cine y escenógrafo, cuyo ataúd permaneció expuesto todo el día en la sala de los Quinientos en capilla ardiente.
“Todo el mundo sabe que el maestro, su trabajo y lo que deja queda para siempre, porque fue un gran hombre”, comentó a la AFP Luciano Zeffirelli, hijo del cineasta.
“Florencia siempre estuvo en su mente, siempre me pidió que lo llevara, incluso cuando no se sentía bien. Espero, especialmente por los florentinos, que sientan que ese gran artista los honra en el mundo”, añadió.
La muerte de uno de los grandes maestros del cine italiano del siglo XX, conocido por sus obras melodramáticas como Romeo y Julieta, por su amor por la ópera y también por sus posiciones contradictorias al ser homosexual en privado pero jamás en público, anticomunista convencido y ferviente católico, conmovió al mundo cultural.
“Como florentino de adopción me siento muy cercano a él, vi casi todas sus películas. Hoy quiero despedirlo”, contó Alba Prosperi, de 56 años entre las personas que hicieron cola. Zeffirelli deja películas como Té con Mussolini, Romeo y Julieta, Hermano Sol, hermana Luna y puestas en escena en los mayores teatros de ópera del mundo. AFP-EFE