Para comprender mejor las acciones del mandatario, debemos remontarnos hacia su formación técnica.
El mandatario es economista y tiene dos posgrados realizados en Estados Unidos. Es de ahí, que se resalta su excelente dominio del inglés, algo que le ha simplificado una mejor comunicación durante sus giras.
El titular del Poder Ejecutivo tuvo una larga carrera en el sector financiero antes de incursionar en la política, e incluso después. Por ello, su fuerte es el aspecto económico, mientras que la pata más débil de su gobierno es el sector social. Sectores donde justamente colocó a referentes políticos para impulsar las acciones del Gobierno.
Brasil, Argentina, Bolivia, Uruguay, España, Estados Unidos, China Taiwán, El Salvador, Panamá, Suiza, Emiratos Árabes, Singapur, el Vaticano y Japón son algunos de los destinos elegidos por el mandatario para cumplir con asuntos políticos o también para sus llamadas giras de atracción de inversiones.
Al mismo tiempo que Peña, el ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez; el viceministro de Industria, Marco Riquelme, y el viceministro de Comercio, Rodrigo Maluff, realizan una serie de visitas a empresas de todo el mundo con el potencial de instalarse en el país. Sin ninguna intención de justificar los viajes de autoridades, desde una mirada más económica e incluso cultural.
Nos toca ser conscientes de que millones de personas en Europa, Asia y Oceanía no saben de la existencia de un país llamado Paraguay, salvo algunos fanáticos de la música y el fútbol que conocen sobre un tal Luis Alberto del Paraná, Agustín Barrios, Berta Rojas y los futbolistas José Luis Chilavert, Roque Santa Cruz, entre otros, que supieron destacarse en el mundo.
Los paraguayos que migraron hacia otros países me darán la razón cuando digo que existen zonas del mundo donde se encontraron con patrones, amigos o compañeros de trabajo que no registran a Paraguay como un país, pero sí lo hacen con naciones vecinas como Argentina y Brasil.
Lo mismo sucede con miles de empresas y empresarios, quienes no saben que en el corazón de América existe un país llamado Paraguay, el cual tiene grandes ventajas competitivas para la instalación de industrias que apuntan hacia el mercado americano.
Energía limpia y renovable, mano de obra joven; regímenes y cupos especiales de importación y exportación, inversiones incentivadas y una ubicación estratégica que da acceso directo al Mercado Común del Sur (Mercosur), con unos 350 millones de habitantes son grandes atractivos a la hora de hablar de inversiones.
Hasta aquí, todo parece una burbuja de grandes posibilidades, pero ¿qué sucede mientras Peña está fuera del país? Pues se siguen debilitando las instituciones, se siguen utilizando las herramientas políticas para beneficios de unos pocos y se siguen impulsando intervenciones maquilladas para intentar apropiarse de bastiones donde el cartismo no tiene el control.
Acá sigue aumentando la inseguridad, los 500.000 empleos prometidos no llegan y las grandes industrias que proyectaron millonarias inversiones y puestos de trabajo no están avanzando.
Además, las licitaciones cada vez huelen más a direccionamiento. Aún le queda un gran trabajo a Peña, en su intención de atraer inversiones y ganarse la confianza de los empresarios extranjeros, más aún en el contexto de que sus propios coterráneos cada vez confían menos en su labor.