La investigación fue liderada por la Prof. MSc. Diana Diez Pérez, docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Químicas de la UNA, y colaboradores. “Los microplásticos son partículas pequeñas que tienen un tamaño de un micrómetro a cinco milímetros”. Pueden ser primarios de aquellos microplásticos que se sintetizan como en microplásticos (pélets) y los secundarios, que son productos de la fragmentación de los macroplásticos.
Las muestras para la investigación se colectaron de tres zonas de la Bahía Asunción y también de los tres cauces hídricos que desembocan en la Bahía: el cauce Antequera, Perú y Las Mercedes.
Debido a que la mayoría de este tipo de estudios se hace en los océanos, la investigadora explicó que tuvieron que adaptar el sistema de muestreo para la toma de muestras. Ante los escasos recursos para la investigación, idearon un sistema que contaba con tamices apilados, acoplado a un molinete universal.
“Tuvimos que hacer una modificación de la metodología de separación, que también es algo novedoso de este artículo, es decir, no solamente es la determinación del microplástico, sino también el poder idear una metodología o un sistema de muestreo que nos permita también cuantificar”.
Los resultados son que hay más microplásticos cerca o en las orillas de la Costanera. “Luego va disminuyendo a medida que uno va hacia el banco San Miguel, pero en todo se puede ver que el principal microplástico que encontramos es el polipropileno, pero también están presentes el polietileno de baja densidad y de alta densidad. Y en menor porcentaje el poliestireno”.
MÁS RESULTADOS. En los cauces hídricos, explicó que los resultados es que “primeramente que las cantidades son muy pequeñitas, es decir, la abundancia de los microplásticos en los cauces es menor que lo que se encuentra en la Bahía, pero sí encontramos el PEVA, PMMA, PVC que justamente son los de mayor densidad”.
“Entonces se ve que la mayor cantidad se encontró cerca de la costa. Hablamos más o menos de un microplástico por metro cúbico que está ingresando al agua de la bahía”.
Los hallazgos revelan que en un gran porcentaje estos plásticos fueron secundarios. “Significa que no encontramos el pélets, que es el originario que se utiliza para la producción de macroplásticos, pero sí los secundarios que son producto justamente de la fragmentación de los macroplásticos. Y abundancia a aquellos que son blancos y transparentes. Eso puede ser porque durante la fragmentación también van perdiendo su color a aquellos macroplásticos que son coloreados”.
La era del plástico inició en 1940. Un informe del 2022 reveló que se producen anualmente 400,3 millones de toneladas de plástico y el 85% se desechan a los océanos. Esta situación se evidencia en el impacto en el medio ambiente. La investigadora cree que es inviable eliminar el uso de los plásticos, pero pequeñas acciones pueden hacer un cambio, disminuir la contaminación.