Un antiguo tema controversial en el seno de la entidad es la arquitectura de la negociación de acuerdos bilaterales. Históricamente, Argentina ha posicionado la idea de mantener la normativa vigente, mientras que Uruguay impulsó el objetivo de flexibilizar. Los otros dos países –Brasil y Paraguay– se encuentran en el medio con una tendencia a la negociación de la norma.
Esta discusión llevará tiempo y los escenarios pueden cambiar de acuerdo con la evolución de los gobiernos. De hecho, debido a las próximas elecciones en Brasil, el presidente de este país no participará en la próxima Cumbre de jefes de Estado del Mercosur y Estados Asociados que se llevará a cabo el 21 de julio.
En esta Cumbre estará presente también la discusión en torno a la reducción del arancel externo. Brasil y Uruguay acordaron con anterioridad y dieron a conocer un posicionamiento conjunto difundido por Uruguay en el marco de la IX Cumbre de las Américas, en Los Ángeles (EEUU).
La declaración sostiene que el nivel actual del arancel externo común no refleja las necesidades del bloque y que una reducción del mismo contribuirá al mejoramiento de los niveles de competitividad y productividad.
Está en la agenda el cierre de las negociaciones Mercosur-Singapur para fines de julio, acuerdo que muestra el éxito del trabajo conjunto entre los países para mejorar las relaciones con los países de extrazona.
El Mercosur cumplió el año pasado 30 años. Desde su creación han cambiado los países y el contexto regional y global. La necesidad de cambios está presente y probablemente se profundizará, por lo que habrá que esperar madurez de las autoridades políticas y técnicas para gestionar las reformas que son necesarias.
Algunos temas siguen estando pendientes, por lo que probablemente no perderá vigencia la necesidad de coordinación regional. La convergencia de las políticas macroeconómicas, la coordinación en materia de infraestructura vial, el movimiento de personas en la intrazona, la vigencia de los derechos humanos, la integración social, el control y combate a los delitos transnacionales son temas que deben ser abordados regionalmente.
Es claro que la mayor relevancia económica de un país como China presionaría cambios en todas las instituciones económicas a nivel global y regional. También lo es para el Mercosur, por lo que es necesario discutir los cambios en un marco de beneficios conjuntos.
Si bien en los últimos años se ha estancado el Mercosur en su proceso de profundización y tránsito de unión aduanera hacia un mercado común, Paraguay tiene la oportunidad de impulsar y mediar en este proceso, asumiendo un rol activo aun siendo el país miembro más pequeño en términos económicos.
Tal como señalan sus propios principios, el Mercosur es un proceso abierto y dinámico. Desde su creación tuvo como objetivo principal propiciar un espacio común que generara oportunidades comerciales y de inversiones a través de la integración competitiva de las economías nacionales al mercado internacional.
A Paraguay le fue útil no solo en los aspectos puramente comerciales sino también económicos, sociales y culturales, por lo que nuestro país debe ser capaz no solo de gestionar los conflictos sino de contribuir a la mediación de los mismos.
