Durante toda la jornada de la víspera no se sintió la masiva concurrencia de personas y se llegó a creer que este año los peregrinos serían menos que en años anteriores.
Sin embargo, también como en cada año, los fieles sorprendieron cuando fueron llegando masivamente ya en horas del atardecer y de la noche del 7, y se ubicaban colmando los alrededores de la explanada.
Lo diferente de este año es que, en su mayoría, las personas llegaron antes de las doce de la noche, cuando inicia el día de la Virgen de Caacupé,y pudieron disfrutar de los fuegos artificiales.
Muchos aprovecharon la ocasión para grabar con sus teléfonos celulares, encantados con el espectáculo, acto que a su vez generó bellas postales.