La medida, decretada por el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) abarca las localidades de Curarrehue, Villarrica, Pucón y Panguipulli, esta última correspondiente a la vecina región de Los Ríos.
La actividad del volcán, de 2.847 metros de altitud y situado a 775 kilómetros de Santiago, ha provocado curiosidad entre los millares de turistas que visitan la zona, caracterizada por sus lagos y otros parajes de gran atractivo, se intensificó este martes, cuando lanzó una fumarola oscura que al caer la noche se tornó incandescente.
El estado de alerta se mantiene desde el pasado 6 de febrero, cuando se inició el aumento de la actividad sísmica, explosiones menores y emisiones esporádicas de cenizas, por lo que los expertos no descartan que pueda evolucionar hacia etapas más inestables.
Sobre esa base, la Corporación Nacional Forestal (Conaf) prohibió los ascensos turísticos a la cumbre del volcán y solo se puede llegar hasta los 2.000 metros de altitud, en un sector conocido como La Capilla.
No obstante, las autoridades locales han llamado a la gente a estar tranquila, pues sobre la base de la experiencia histórica descartan la posibilidad de una erupción mayor, algo que no ocurre desde 1985.
“No hay ningún antecedente que haga pensar en una erupción mayor, porque todavía el lago de lava se mantiene a muchísima profundidad y mientras eso no varíe la situación de mantiene igual”, declaró al Diario Austral de La Araucanía el alcalde de Pucón, Carlos Barra.
Por su parte, el alcalde de Villarrica, Pablo Astete, comentó que “el comportamiento del volcán lo conocemos. En este episodio ha aumentado el nivel de la lava que se visualiza en el cráter, pero es una situación que ha ocurrido muchas veces”.
Matizó, sin embargo, que “hay que estar preparados”, por si la actividad volcánica sigue en aumento.
El volcán Villarrica, considerado uno de los más activos del mundo, mantiene un cráter abierto de 200 metros de diámetro, que contiene un lago de lava de entre 100 y 150 metros de profundidad y registra, desde el año 1558, un total de 49 grandes erupciones, una cada diez años aproximadamente, según datos del Sernageomin.
De acuerdo con dicho organismo, en Chile hay más de 2.000 volcanes, de los que unos 125 son considerados geológicamente activos y cerca de 60 han tenido algún tipo de actividad eruptiva en los últimos 450 años.