Esto, por la nota donde el electo vicepresidente segundo, Manuel Ramírez Candia, manifestó que no aceptaba el cargo. Es que, según había dicho a la prensa, le habían prometido la vicepresidencia primera, pero no cumplieron el acuerdo.
Así, se desató una minicrisis, ya que los ministros Víctor Ríos y César Garay apoyaron a Ramírez Candia y habían incluso dejado la plenaria ese día. Por eso, con presencia de los demás, concluyó la sesión ese día.
Ante esta situación, hubo especulaciones y análisis de lo que se podía hacer para llenar el cargo, ya que de los tres miembros de la Sala Penal, solo quedaba la ministra Carolina Llanes, porque Ramírez Candia no aceptó, y Luis María Benítez Riera no podía ser electo para el cargo este año.
Se habló de que la ley no contemplaba la posibilidad de que uno de los ministros no aceptara el cargo. Incluso, ex ministros opinaron que había que realizar una nueva elección donde la ministra Llanes fuese candidata única para el cargo.
Si esto ocurría y la ministra Llanes era electa vicepresidenta segunda, le frustraba la posibilidad de que en el 2023 pugnara para la presidencia, lo que la haría la segunda mujer en ocupar dicho cargo.
Después, el vicepresidente primero, Alberto Martínez Simón, en entrevista con la prensa, dijo que todos los ministros tenían la libertad de aceptar o no los cargos para los que son electos. Nadie podía imponerle algo contra su voluntad.
Pero, en la sesión del pasado miércoles, lejos de todos estos análisis y opiniones, ninguno de los ministros habló del tema. Ni el mismo Ramírez Candia habló sobre tratar su nota en el pleno de la Corte.
Sin embargo, un hecho que llamó la atención fue la elección del mismo, para viajar al Chaco para un acto público, para representar a la Corte. Es más, se dijo que era “un acto de gobierno”, y el mismo aceptó sin problemas.
Ayer, hubo una reunión con los representantes de los gremios de la producción, donde estuvieron el presidente de la Corte, Antonio Fretes, y el ministro Manuel Ramírez Candia. La Dirección de Comunicaciones informó que “el Consejo de Superintendencia de la Corte Suprema de Justicia recibe en audiencia a titulares de los siguientes gremios...”.
Todo esto da a entender que Ramírez Candia finalmente aceptó el cargo, y se integró al Consejo de Superintendencia como vicepresidente segundo, ya que no hay otra forma de entender lo ocurrido, al reunirse con los representantes de los gremios.
Todo lo sucedido, la nota de no aceptación, también le permitió al ministro, y a los que le apoyaron, realizar un “nuevo diálogo” con sus colegas con respecto a varios temas y a posicionarse en la Corte.
Para contextualizar, ya el año pasado, cuando fue electo el ministro César Diesel, Ramírez Candia había hecho público su disgusto por la forma en hubo la elección, ya que ni siquiera le habían consultado. Al final, este año, incluso ya integró el Consejo de Superintendencia, como el mismo lo reconoció.
Hasta ahora, nada es oficial. La sesión plenaria de hoy dilucidará algunas cuestiones. Lo más seguro es que tampoco se toque la nota y todo quede en un manto del olvido. Y, en los días posteriores, hay que ver si Ramírez Candia firma alguna resolución del Consejo de Superintendencia y en la Sala Penal.
No obstante, nunca habían ocurrido estas situaciones en la Corte, donde miembros abandonan la plenaria con el riesgo de dejar sin cuórum la sesión, o que no aceptan o que hacen público su desacuerdo con las elecciones. Esto nos recuerda más a las sesiones parlamentarias que las de la Corte. Espero que dejen estas cuestiones y no copien malos ejemplos de los congresistas.