La parábola de las diez minas nos habla de nuestra actitud delante del rey divino que es también nuestro Padre y Señor. Al observar el mundo de hoy San Josemaría se preguntaba: ¿Por qué tantos ignoran a Cristo? ¿Por qué se oye aún esa protesta cruel: no queremos que este reine sobre nosotros?
Con nuestra conducta de vida cristiana y el apostolado a quien estamos llamados todos los bautizados, volvemos a decir con fuerza: “Queremos que Cristo reine”. Y eso se manifiesta en la manera de utilizar la mina que se nos encomienda. La versión de Mateo habla de talentos, sin embargo, Lucas utiliza este término que indica una cantidad de dinero correspondiente a algunos meses de sueldo de un obrero de la época. El cuento del Señor acaba con esta enseñanza sorprendente: “A todo el que tiene se le dará”, o sea a quien tiene un corazón generoso y abierto a hacer la voluntad de Dios se le dará la oportunidad de hacer cosas grandes.
El reino que Dios va a instaurar en el mundo empieza en el corazón de sus siervos, nosotros, cuando empezamos a vivir como hijos que reciben todo de la mano de su Padre, y así damos fruto.
(Frases extractadas de www.opusdei.org)