15 ene. 2025

Los retos del comercio de materias primas entre Europa, América Latina y el Caribe

La geopolítica de las relaciones entre Europa y América Latina y el Caribe, basada en el flujo de materias primas, fue objeto de un debate en París con representantes gubernamentales e investigadores académicos.

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María Victoria Benítez*

El objetivo del encuentro era reflexionar sobre las relaciones comerciales entre Europa y América Latina y el Caribe en el tema de las materias primas tras varios siglos de desequilibrio. El hilo conductor del evento fue la transición energética y el paso de un modelo de producción centrado en los combustibles a otro que favorece los convertidores de energía y sus dispositivos de almacenamiento, que requieren grandes cantidades de materias primas.

Este contexto obliga a repensar las relaciones intercontinentales e interregionales, en un momento en que se perfila una nueva geopolítica de las materias primas: surgen nuevas áreas y actores, sin barrer a los ya presentes. Europa está descubriendo estas problemáticas, mientras que en América Latina son cuestiones de larga data que han alimentado el imaginario y generado conflictos sociales y medioambientales hasta nuestros días. Las dos regiones tienen también percepciones y expectativas diferentes de la situación.

Se abordaron tres temas principales: medioambiental, social y geopolítico. Existe un consenso aparente sobre la necesidad de descarbonización, pero las opiniones difieren en cuanto a las modalidades, el grado de adaptación y cambio, y en la toma de decisiones.

En Alemania y Francia, las minas de carbón son objeto de debate, mientras que en España se ven como una oportunidad de empleo. En América Latina los modelos de desarrollo se basan en el extractivismo, que ha fomentado el crecimiento en países de todas las tendencias políticas. La noción de transición ecológica adquiere significados diferentes según los actores implicados, y la descarbonización no siempre es sinónimo de protección del medioambiente o de una economía más justa. La existencia de “zonas de sacrificio”, que parecen susceptibles a repetirse en un contexto en el que las exportaciones contribuyen a mantener economías frágiles y a estabilizar sus monedas.

El ejemplo del litio, que presenta como una transición comercial neocolonial insostenible, ya que Argentina y Chile exportan carbonato de litio sin controlar el sistema de valor, y que tiene un impacto hídrico muy fuerte en países que ya sufren una crisis del agua. El segundo ejemplo se refiere a los conflictos vinculados a la industria minera: actualmente hay más de 295 conflictos ligados a la minería en el continente, por tratarse de una actividad altamente contaminante y un modelo vertical de ocupación del territorio que se impone a las poblaciones locales sin consultarlas.

Argentina es el país del llamado “triángulo del litio” (donde el litio es libremente concesible y existe una enorme presión para explotarlo). Sin embargo, la deuda externa del país es muy elevada y necesita inversores externos a muy corto plazo. Ya son visibles impactos ambientales concretos en los sitios de explotación, lo que plantea la cuestión de las políticas medioambientales y la participación de las comunidades en los proyectos de extracción.

Los problemas asociados a la minería del cobre en la región andina, especialmente en Chile y Perú: estos dos países son los mayores exportadores mundiales de concentrado de cobre y el consumo de cobre ha aumentado un 250% desde los años 50 como consecuencia de la electrificación masiva de las sociedades

En Moquegua (Perú), el 53% de las tierras están dedicadas a la extracción de cobre y el modo de vida agro-pastoral coexiste con tres operadores mineros privados: este ejemplo plantea la cuestión de la relación entre el derecho del subsuelo y la gestión de las tierras, la preservación de las identidades culturales y la ecología.

En la década de 2010, Chile creó un Ministerio de Medio Ambiente y un Tribunal Ambiental, incorporando el sector público al sector minero. Sin embargo, esto reveló una debilidad del sistema: las instituciones medioambientales dependen totalmente de cuestiones políticas económicas. Nicolas Leconte, asesor sobre metales críticos y transición energética, Dirección de Diplomacia Económica del Ministerio de Europa y de Asuntos Exteriores (Ministère de l’Europe et des Affaires Étrangères) propone una visión más institucional de la cuestión, la de una diplomacia de los recursos minerales.

La Unión Europea ha elaborado una lista de treinta y cuatro metales críticos necesarios para la industria estratégica y es mucho lo que está en juego en términos de dependencia y soberanía.

Se refiere a la ley de materias primas críticas, que se está debatiendo actualmente en Europa, una región con un sector minero más bien modesto y que, por tanto, no se enfrenta a estas cuestiones de la misma manera que otros países con grandes industrias mineras (EEUU, Australia, Canadá).

Cada parte interesada entiende de forma diferente la noción de transición justa y sus implicaciones para una sociedad poscarbono, y existe una contradicción intrínseca: para lograr una sociedad poscarbono, es necesario extraer más recursos naturales.

Los abundantes recursos metálicos y minerales que yacen en suelo latinoamericano y caribeño ofrecen diversas oportunidades, pero conllevan una serie de riesgos importantes que se han puesto de manifiesto a lo largo de la historia.

En la actualidad, el 50% de los yacimientos de extracción de cobalto, cobre y níquel se encuentran en zonas de gran preocupación para los gobiernos y cerca de tierras indígenas.

Los casos de violaciones de los derechos humanos y del medioambiente vinculados a la extracción minera siguen siendo numerosos en el mundo actual (con unas 500 denuncias solo en América Latina, principalmente en Chile y Perú), y la cuestión de la responsabilidad se plantea también en el caso de proyectos anteriores a la transición. Además, algunos actores eluden su responsabilidad vendiendo a otros agentes económicos proyectos que ya no son compatibles con las expectativas de la transición, lo que no hace sino perpetuarlas.

Los recursos críticos que hacen posible esta transición energética desempeñan un papel importante en la economía de América Latina. México produce plata para turbinas eólicas, Panamá tiene la novena mina de cobre más grande del mundo, Chile y Perú producen el 50% del cobre mundial y el Caribe extrae oro y bauxita.

La Unión Europea posee actualmente un 3% de grafito natural y su objetivo es alcanzar el 40% en 2030. Hay que tener en cuenta la perspectiva a largo plazo, ya que las necesidades pueden variar en los próximos treinta años y hay que buscar alternativas para sustituir el grafito.

El término descarbonización es confuso, ya que el grafito es carbono, pero el verdadero problema es el dióxido de carbono y no el carbono.

En cuanto a los factores internos a América Latina, la dependencia de la región de las exportaciones pesa mucho en las economías nacionales, lo que se traduce en bajos niveles de industrialización y en la dependencia de las importaciones de productos manufacturados. Como resultado, persisten patrones comerciales desiguales. Se ha destacado la creciente importancia del mercado chino en esta subordinación externa, hasta el punto de que las decisiones del Partido Comunista chino llegan a importar más que las de la Unión Europea. Esto implica una reconfiguración de la globalización.

La urgencia a la que se enfrenta hoy el continente es la de abordar los impactos sociales y económicos locales independientemente de la cuestión climática global. Las alternativas son urgentes y necesarias, independientemente de las urgencias de otros continentes.

Los acuerdos comerciales bilaterales de América Latina mantienen esas ambivalencias: por ejemplo, el acuerdo entre la UE y Chile aprobado en diciembre de 2022 establece que Chile suministrará el litio necesario para la transición energética de Europa, siendo el trabajo realizado en Chile por empresas europeas.

Se nos invita a cuestionar nuestra relación con la naturaleza y a comprender que no solo ofrece recursos, sino también bienes que hay que preservar.

REF.: Coloquio Internacional, Los desafíos del comercio de materias primas, organizado en la sede de la Agencia Francesa de Desarrollo – AFD (Agence Française de Développement) en colaboración con la Fundación UE-ALC, el Ministerio de Europa y Asuntos Exteriores y l’Institut des Amériques, París, 25-26 mayo, 2023.

*Historia - Relaciones Internacionales – Universidad de París.

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