La cadena granelera experimentó una crisis cuando el bajo nivel del río Paraná le impidió exportar vía fluvial, lo que derivó en un mayor movimiento terrestre que superó a la organización operativa de los controles aduaneros.
El director ejecutivo de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas, Hugo Pastore, reconoció que hubo menos dificultades que en otros rubros. Sin embargo, explicó algunos contratiempos, como el caso del Puente de la Amistad, donde en principio solo se permitía el acceso de cargas de productos de primera necesidad, proceso que se enlenteció significativamente.
Esto se debió especialmente a la duplicación de fiscalizaciones; por ejemplo, la Armada paraguaya se ubicaba en la cabecera del puente y en vez de inspeccionar solo la documentación del conductor y su ficha de salud, verificaba cada camión, cuando en realidad ese trabajo lo hacía también la Dirección Nacional de Aduanas.
Esto ocasionaba una larga fila de vehículos en la frontera, hasta que se fue ganando agilidad con la experiencia, pero Pastore indicó que persistieron las limitaciones.
La última crisis con relación al paso fronterizo ocurrió hace un par de semanas en Salto del Guairá, donde se aglomeraron alrededor de 600 camiones con maíz, soja y sus derivados. Se llegó a una solución mediante la intervención de la Cancillería, que hizo que la Receita Federal aumentara su plantel de funcionarios para acelerar los trámites.
CARNE. Los envíos de productos pecuarios tuvieron una dificultad similar a la soja, pero en territorio argentino. El gerente de la Cámara Paraguaya de Carnes, Daniel Burt, explicó que había confusiones y contradicciones entre los protocolos adoptados por el Gobierno central y por cada provincia del país vecino por donde circulaban los camiones para llegar a Chile, que es el principal destino de la carne paraguaya y que hasta noviembre aportó casi USD 400 millones por la compra de 93.400 toneladas.
El efecto de la pandemia en la cadena cárnica se sintió en la baja demanda –debido al cierre de hoteles y restaurantes– y consecuente en la caída de precios del ganado, pero la situación fue mejorando en los últimos meses.
El sector agropecuario coincide en que la sequía y la bajante de los ríos le afectaron incluso más que la pandemia, a excepción de las industrias cárnicas que dependen exclusivamente de la exportación.
Opiniones
Las exportaciones no pararon
“En general, las exportaciones agrícolas, si nos remontamos allá cuando vino la cuarentena superestricta de abril, realmente las exportaciones agrícolas continuaron. El flujo se siguió moviendo, los camiones siguieron transitando, los puertos operaban, los silos operaban con la carga de los granos, luego la descarga en los puertos y el embarque a las barcazas, todo ese proceso funcionaba”. Hugo Pastore, Capeco.
Hubo cambios en las plantas
“La pandemia significó unos cambios importantes a niveles de procedimientos en cuanto a los protocolos sanitarios, especialmente en las plantas. También todos los pedidos especiales que había que ver para que vengan los rabinos. En su momento teníamos muchos camiones trancados, pero en términos en generales, creo que hubo sectores mucho más afectados que nosotros”. Daniel Burt, CPC.