“Pedro debe apacentar el rebaño sin ceder nunca a la tentación de ser un líder solitario o un jefe que está por encima de los demás, haciéndose dueño de las personas que le han sido confiadas. Por el contrario, a él se le pide servir a la fe de sus hermanos, caminando junto con ellos”, dijo el papa León XIV en su homilía.
El Pontífice recordó el fallecimiento de Francisco que dejó un gran dolor y recibió un gran aplauso de los fieles.
Luego explicó que los cardenales llegaron al cónclave “con historias personales y caminos diferentes” y que se expresó el deseo de “elegir a un pastor capaz de custodiar el rico patrimonio de la fe cristiana y, al mismo tiempo, de mirar más allá, para saber afrontar los interrogantes, las inquietudes y los desafíos de hoy”.
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El Pontífice confesó: “Fui elegido sin tener ningún mérito y, con temor y trepidación, vengo a ustedes como un hermano que quiere hacerse siervo de su fe y de su alegría, caminando con ustedes por el camino del amor de Dios, que nos quiere a todos unidos en una única familia”.
Y aseguró que “amor y unidad” son “las dos dimensiones de la misión que Jesús confió a Pedro”, es decir, los pilares en los que se basará su pontificado.
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Aseguró que, aunque la misión de Pedro es la de “pescador de hombres” y, por tanto, la de la Iglesia Católica, “no se trata nunca de atrapar a los demás con el sometimiento, con la propaganda religiosa o con los medios del poder, sino que se trata siempre y solamente de amar como lo hizo Jesús”.
Y aseveró que, como afirma San Agustín, “todos los que viven en concordia con los hermanos y aman a sus prójimos son los que componen la Iglesia”, por lo que uno de sus primeros “grandes deseos” fue el de “una Iglesia unida”.
Fuente: EFE.