El nuevo Pontífice se mostró visiblemente emocionado en el momento en que el cardenal filipino Luis Antonio Tagle le impuso el anillo en la mano.
“Hoy, tu sucedes al beato apóstol Pedro”, proclamó el purpurado en latín, antes de entregarle el anillo.
Acto seguido, el nuevo Pontífice se miró por unos instantes la mano, casi conteniendo las lágrimas, mientras la plaza rompió en un sonoro aplauso.
El pontificado de Prevost, elegido el pasado 8 de mayo en el cónclave tras la muerte de Francisco, se considera oficialmente inaugurado con la entrega de estos dos símbolos.
León XIV recibió en primer lugar el palio, una estola de lana blanca que representa el peso del “rebaño” sobre los hombros del pastor, decorada con seis cruces negras de seda y enganchado con tres agujas que representan los clavos de la Cruz.
Pope Leo XIV receives the Ring of the Fisherman, or Piscatory Ring, from Cardinal Luis Antonio Tagle, Pro-Prefect of the Dicastery for Evangelization, during the Mass of Inauguration of his pontificate in St. Peter's Square on Sunday, May 18.https://t.co/xecWpE8NXj pic.twitter.com/ri1bx1dErE
— Vatican News (@VaticanNews) May 18, 2025
Tras una oración, el cardenal filipino le entregó el anillo del Pescador, de oro y que presenta en su sello una representación de San Pedro con las llaves y la red de pescador. En su interior, la inscripción Leo XIV (en latín) y su escudo pontificio.
La jornada empezó con el Papa saludando por primera vez a los fieles desde el papamóvil y, después, acudió a rezar al lugar donde según la tradición fue sepultado el Apóstol Pedro, bajo el gran baldaquino en el centro de la basílica vaticana.
Fue un momento de gran simbolismo porque en ese mismo lugar en el que el nuevo Papa oraba, con paramentos blancos y acompañado por los patriarcas de las Iglesias Orientales, también fueron dispuestos tanto el palio como el anillo que le acompañarán en su ministerio.
Después, el palio y el anillo fueron sacados a la plaza desde el interior de la basílica, llevados en procesión por tres diáconos junto a los Evangelios.
El rito de la imposición de estos símbolos empezó con una invocación: “Que el Espíritu de la Verdad, que procede del Padre, done abundante inspiración y discernimiento a tu magisterio para confirmar a los hermanos en la unidad de la fe”.
Entre los oficiantes de la misa estuvo revelada la universalidad de la Iglesia, con un cardenal diácono europeo, el italiano Dominique Mamberti; un presbítero africano, Fridolin Ambongo Besungu, y el asiático Tagle.
La misa de inicio de pontificado de León XIV congregó a representantes de unos 150 países y organizaciones internacionales, como los reyes de España, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, la presidenta de Perú Dina Boluarte, y el vicepresidente de Estados Unidos JD Vance.
Fuente: EFE.