No cabe duda que la pandemia del Covid-19 ha cambiado radicalmente la manera en que las marcas llegan al consumidor o usuario final. ¿Quién durante esta pandemia no utilizó algún servicio de delivery para adquirir productos de la farmacia, supermercado, ferretería y tiendas en línea?
Según lo expresado en un estudio de la consultora Nauta/Next: “Antes de la pandemia, la compra de comida online era de dos veces al mes en promedio; desde marzo 2020 ese dato se duplicó y encontramos que las personas realizan en promedio cuatro veces al mes pedidos de comida online”.
Hubo un avance notable, en lo que respecta a la aceptación y confianza, por parte de los consumidores hacia las plataformas digitales y sistemas de entrega a domicilio vía delivery. El país cuenta hoy con una cantidad y variedad, nunca vistas, de empresas que prestan servicio de entrega a domicilio.
Por otro lado, según el reciente estudio “Análisis Transporte, Reparto y Precarización en Paraguay”, desarrollado por los investigadores Ignacio González Bozzolasco y Belém Montalto, con el apoyo de la Fundación Friedrich Ebert, el 60% de los trabajadores de transporte de pasajeros y reparto de mercaderías por plataformas digitales trabajan más de ocho horas al día. El 25% de ellos llegan a las 12 horas en el peor de los casos y dos de cada 10 sufrió algún tipo de accidente mientras desempeñaba su trabajo. “Más de la mitad de los encuestados declararon percibir ingresos iguales o inferiores al salario mínimo vigente, siendo que una buena cantidad de personas de este rubro cuentan con altos niveles de instrucción”.
Con solo circular por las principales calles y avenidas de la capital y las ciudades del Departamento Central, se puede observar la falta de cumplimiento de las normas de tránsito de gran parte de los conductores, principalmente de motociclistas (delivery): avanzar con el semáforo en rojo, en sentido contrario (contramano), no utilización de luces, no uso de casco reglamentario, utilización de las veredas como estacionamiento y vía de circulación, entre otros. Pareciera como que a nadie le importa nada, y que la municipalidad correspondiente no tiene el mínimo interés en frenar esta falta de respeto a sus propias normas.
Independientemente de la responsabilidad municipal, también es importante mencionar que detrás de estos infractores, también existen marcas nacionales e internacionales que deberían hacer el esfuerzo de cuidar este aspecto. Ya lo decía un experto internacional en marcas: “Una gran marca es coherente, es consistente y es constante”. El servicio de delivery que una marca utiliza para llegar a sus clientes también forma parte de esta coherencia.
Concluyo diciendo que una marca no puede hacer caso omiso a su servicio de entrega, mucho menos si la misma se encuentra avocada a un programa real de responsabilidad social corporativa.