Por ello, en 1967 la Asamblea Mundial de la Salud acordó una resolución para iniciar un sistema internacional para la vigilancia de los efectos de los fármacos y se creó el Programa Internacional de Farmacovigilancia, conformado por más de 140 países.
Pese a las ventajas que ofrecen los fármacos, existe evidencia de que las reacciones adversas son una causa frecuente de enfermedad, discapacidad o incluso la muerte. En algunos países figura entre las 10 causas principales de mortalidad.
Ante esta situación, se presentó el Manual de Farmacovigilancia para Pacientes, una guía para orientar en la identificación de los sucesos a fin de reportarlos a la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria. El material se dio a conocer en el marco del segundo encuentro de la BioRed-Sur en Buenos Aires, Argentina.
¿POR QUÉ NOTIFICAR? “Si no hay reporte, no hay conocimiento. El objetivo es lograr un mayor número de reportes”, expresó Luciana Escati Peñaloza, directora ejecutiva de la Federación Argentina de Enfermedades Poco Frecuentes (Fadepof), durante la presentación del material educativo.
Mareo, cansancio, aumento o pérdida del apetito o cualquier sensación que se experimenta con el uso de un fármaco se debe reportar al médico tratante que, por ende, lo notifica a la Dirección de Vigilancia Sanitaria (ver info). En Paraguay el paciente comunica al profesional y este reporta al Gobierno.
“Toda notificación es válida y útil para lograr la seguridad del medicamento”, indicó, por su parte, el doctor Gustavo Arroyo, representante de la Fundación Salud de Uruguay.
Mediante los reportes, se logra el retiro de los medicamentos del mercado, además de la modificación de los prospectos, cambios de dosis, de condiciones de venta y restricciones de uso. El material se halla disponible en la web de www.fadepof.org.ar y se puede descargar.