Un espacio ocupado por manifestaciones del arte en sus más diversas expresiones, un fragmento de todo el universo artístico de Félix Toranzos, que habita La otra casa de Asterión.
Ubicada en Oliva 638 casi 15 de Agosto, la edificación data de 1898 y es parte de una casa mayor que tenía tres salidas a las calles anteriormente citadas y a Estrella. El primer dueño fue el español Andrés Luces, un técnico naviero que después de haber creado proyectos portuarios en Buenos Aires y Montevideo, se instaló en Asunción y utilizaba el lugar como un mirador para observar la bahía de la capital.
Fue diseñada por el arquitecto italiano Giovanni Colombo, quien es responsable de haber creado otros emblemáticos edificios como la iglesia de la Encarnación y el recientemente restaurado Hotel Palmaroga. La misma forma parte del Patrimonio Arquitectónico Cultural del Centro Histórico de Asunción.
Laberinto. El nombre dado al espacio se remonta a una exposición realizada en el Museo del Barro que refería al contenido del taller del artista visual Félix Toranzos. Al discutir la realización, los directivos del espacio cultural decidieron que la muestra tendría aires de laberinto. En eso, recordaron un cuento del escritor argentino Jorge Luis Borges llamado La casa de Asterión, que relata acerca de un monstruo castigado a vivir hasta el fin de sus días en un laberinto.
“Asterión es la imagen ficticia de un personaje que vive en su destino, con todas sus cosas, con todo su mundo”, explica Toranzos al referir que aquella muestra “no se trataba de la exposición de un artista, sino de cómo recrea el artista su mundo, lleno de obras de arte, de objetos que son realmente fuente de inspiración de toda su trayectoria”.
Es por eso, que para separar de aquella experiencia, decidió dar el nombre de La otra casa de Asterión a este espacio, en el que decidió instalar parte de su colección luego de haberse fascinado con el lugar y en el que una particularidad pareció indicarle que debía habitarlo.
“Cuando voy a la parte de arriba me encuentro con un detalle, un grafiti hecho por un niño que decía ‘El retrato de Félix’. Era como el destino, que yo tenía que estar o pasar en algún momento por esta casa y es así como volví a construir el mundo de Asterión desde otro punto de vista, desde otro lugar y hacía otro horizonte”, señala.
Objetos. Si bien el artista comenta que apenas al ingresar por primera vez a la casa visualizó su colección distribuida por el espacio, explica que luego pasó tres meses conviviendo con el vacío del lugar. “La venía a visitar, a convivir con el silencio, antes de empezar a colocar los objetos; se fueron llenando de a poco”, menciona.
Globos, animales, bustos, cuerpos, movimientos, expresiones, esqueletos, cajas, recipientes, frascos y muebles se conjugan entre pinturas, xilograbados, retratos y esculturas, hechos en madera, cemento, papel y vidrio, ubicados en las paredes, sobre las mesas, en los armarios, en los pasillos, a lo largo del espacio.
“Todo el tiempo llegan nuevos personajes a la colección, reliquias. Los objetos vienen solos y a veces los encuentro por el camino. Algunos son donaciones, cada objeto que está acá perteneció a alguien o a alguna cosa, tiene que tener su historia, su convivencia, sus noches y trasnoches; tuvo su vivencia aunque sea solamente materia”, menciona Félix Toranzos sobre una parte de su colección, fragmentos que hacen a su historia y que él los comparte con el público al abrir las puertas de La otra casa de Asterión.
Pinturas, esculturas, grabados y muchos otros objetos que forman parte de la vida y trayectoria del artista visual Félix Toranzos, ocupan los espacios de un lugar ubicado en pleno microcentro de Asunción.
A saber
Ubicación: Oliva 638 casi 15 de Agosto.
Visitas: De lunes a viernes, de 15:30 a 19:00, con agendamiento previo a través del (0981) 907-657.