11 jul. 2025

La oportunidad de Paraguay es mirar el Mercosur, con 250 millones de personas

Jackson Schneider es un destacado referente internacional de la industria, geopolítica y liderazgo global. Se encuentra en el país para ofrecer una charla magistral, en el Hotel Sheraton Asunción Hotel, a las 19:30.

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Jackson Schneider. Dará su perspectiva sobre la economía y panorama geopolítico.

Foto: Andrés Catalán.

Jackson Schneider es una de las figuras más influyentes del sector empresarial latinoamericano. Ha construido una trayectoria sólida y respetada al frente de algunas de las industrias más complejas y estratégicas del continente: La aeronáutica, la automotriz y la tecnológica. Con una mirada aguda sobre la región y una vasta experiencia en el ámbito público y privado, Schneider ofrece claves fundamentales para entender cómo pueden los países sudamericanos –y en particular Paraguay– posicionarse en un mundo cada vez más inestable, con nuevas reglas comerciales y tensiones geopolíticas crecientes. Nos comparte su visión sobre las oportunidades que esconde la incertidumbre, el papel que deben jugar los Estados y las empresas, y el lugar que América del Sur puede ocupar en las cadenas de valor del futuro.

–El mundo atraviesa una etapa de alta inestabilidad: Conflictos armados, tensiones entre grandes potencias, crimen transnacional y cambios en el sistema multilateral. Desde su perspectiva, ¿cómo afecta este escenario a un inversionista o emprendedor latinoamericano?

–Bueno, en un plano más general, la incertidumbre para un sector que necesita tomar decisiones de inversiones de largo plazo, se tiene una dificultad muy grande. Lo que pasa, y pasa ahora en muchos sectores, es que las decisiones de inversiones de medio y largo plazo están totalmente paralizadas, esperando una certeza de lo que va a pasar. Hay muchas cuestiones para las que no tenemos respuesta. Por ejemplo, el punto de conflicto entre Estados Unidos y China por la hegemonía mundial, que no es solamente económica, es la hegemonía mundial, económica, tecnológica, normativa. Hay una gran dirección de que se van a quedar dos bloques tecnológicos. ¿Y cómo hacer una inversión? Hay una dificultad muy grande de saber de dónde se van a ir las tarifas, los aranceles en la nueva guerra comercial, porque en cuestiones de días se cambian los porcentuales. Entonces, hacer inversiones también es muy distinto; es muy difícil escoger la geografía de las inversiones, dónde poner la plata, dónde hacer la industria, que muchas veces necesita buscar el mercado de exportación. Hoy, hay más dudas en un ambiente muy difícil para concretar la decisión de inversiones. Para Paraguay no es distinto; yo creo que las grandes inversiones también. Me imagino que cuando se van a hacer miran en el mercado de exportación; hay una dificultad para los inversores. Lo que pasa en Paraguay es un poco distinto de los otros mercados; es que tiene ventajas comparativas acá, y las ventajas comparativas son naturales. Por ejemplo, hay una industria de soja paraguaya, que es consolidada. Entonces, hacer la inversión en la industria de soja para agregar valor y para buscar mercados exportadores es una cosa más sencilla de decidir. Hacer inversiones y una industria que va a usar una energía renovable, que es competitiva y que el precio de competitividad también es más fácil de decidir, pero es un gran tema hoy en toda la economía mundial, en todas las empresas que necesitan, que tienen ciclos largos de retorno del capital invertido.

–En este contexto global incierto, ¿qué capacidades esenciales deberían desarrollar las empresas o industrias sudamericanas para sobrevivir y crecer de forma sostenible? ¿Qué distingue hoy a una empresa resiliente en mercados emergentes?

–Yo creo que son tres cosas que podría hablar, pero la primera cosa es aprender a conocer el juego geopolítico. En mi generación nunca la geopolítica y la economía estuvieron tan entrelazadas. Hoy una tiene una influencia muy decisiva en la otra; entonces conocer lo que pasa, y cómo lo que pasa afecta su negocio es muy importante, es fundamental. La otra es tener un ojo muy atento a su capital de trabajo, de su propia plata, o sea no crecer haciendo deudas sin conocer qué va a pasar en el futuro, ya que puede tener dificultad para pagar la deuda. Y un tercer punto que siempre digo que para todas las industrias y todas las empresas es muy importante: Hacer inversiones en las personas, porque es lo que hace la diferencia. Las personas tienen que tener una mirada internacional cada vez más internacional. Si estamos hablando de negocios que quieren ser internacionales tienen que tener una mirada internacional, tienen que entender no solamente fuera de su país desde el punto de vista geográfico, del punto de vista cultural, de cómo las cosas van a pasar y cómo esas personas necesitan ser preparadas, entrenadas, para lidiar con las cosas que están viniendo, como por ejemplo, las nuevas tecnologías. Este es un juego nuevo, es un juego que no conocíamos en toda la amplitud, pero sí con certeza será un juego distinto, un juego diferente del que hablamos hoy, con tecnologías que pueden cambiar muchas cosas a una velocidad muy grande y que cambian negocios. Los negocios pueden nacer muy rápidamente y los negocios pueden morir muy rápidamente. Entonces conocer lo que pasa en el desarrollo de la tecnología es muy importante.

–Desde su experiencia liderando empresas en sectores estratégicos, como defensa, movilidad y tecnología, ¿qué políticas de Estado son ineludibles para que un país pequeño como Paraguay logre un desarrollo competitivo a largo plazo?

–La primera cosa es elegir los sectores que quiere apoyar, no puede hacer todo, es imposible; no es solamente Paraguay, quizá dos o tres países en el mundo pueden hacer de todo: Estados Unidos y China, en Europa, si se juntan puede ser, pero nosotros no podemos hacer todo. Entonces, una primera cosa es elegir qué sector quiere apoyar y después elegir hasta dónde ese apoyo puede llegar. Y ahí sí, con la planificación, con la elección del sector definido, cómo hacer para desarrollar el sector, ahí sí diseñar las políticas de apoyo fiscales, de entrenamiento de personas, de formación, de capital laboral, de asociación, promoción local y en el exterior de los productos de la industria. Pero la primera cosa es hacer la elección de los sectores que se puede apoyar. En el caso de Paraguay, no estoy en condiciones de hacer elecciones para los paraguayos. Pero decir que es un diálogo que tiene que involucrar la sociedad civil organizada, los gobiernos, las personas no puede ser un diálogo cerrado, tiene que ser un diálogo abierto, transparente, que involucre verdaderamente a todas las personas que van a vivir este proceso y la decisión sea bien hecha. No puede ser una decisión impuesta de la cumbre para abajo; las personas tienen que ser dueñas de la decisión, ahí las cosas marchan perfecto.

–Paraguay enfrenta desafíos estructurales: Es un país sin salida al mar, con un mercado interno reducido y rodeado por dos economías mucho más grandes. Sin embargo, también tiene estabilidad macroeconómica y energía limpia. ¿Qué estrategias podrían convertir estas aparentes limitaciones en ventajas competitivas reales?

–Yo creo que esas limitaciones tienen que ser transformadas en una ventaja, porque sí hay esas limitaciones geográficas, la logística. Pero el Paraguay, estando cerca de dos grandes economías, a mí me parece que la mirada es más una mirada de oportunidad antes que una mirada de desventaja, porque es un mercado enorme. Y ahí sí, con las condiciones que Paraguay tiene y con las condiciones que Paraguay puede desarrollar para atraer inversiones. Y desde acá exportar para Brasil, exportar para Argentina, exportar también para otros mercados, eso es una ventaja comparativa muy interesante y que son las condiciones que Paraguay puede poner en la mesa: Estabilidad, estabilidad y estabilidad. Es el punto que más va a ser mirado por quien tiene que hacer la inversión. Una inversión de una fábrica, yo no hablo de una planta automotriz, pero una fábrica desde la decisión de hacer la inversión, de la fábrica, estar lista y en el plazo que necesita para pagar el capital y la inversión, puede pasar año, quizás 5 a 8 años, la fábrica tiene que tener absoluta certeza que, pese a que va a cambiar de gobierno, el Estado es el mismo. Tiene que tener una relación de Estado con la atracción de inversión; no puede ser una relación de gobierno. Los gobiernos cambian, las personas cambian, pero el Estado tiene que ser una cosa que involucre a toda la sociedad paraguaya, a todo el Estado paraguayo.

–¿Cómo visualiza usted el futuro del Mercosur? ¿Cree que es posible avanzar hacia un bloque más flexible y moderno, que favorezca la inserción de sus miembros en acuerdos estratégicos más amplios? ¿Qué rol podría jugar Paraguay en ese proceso?

–Empezando por el final, el rol de Paraguay, del que justamente hablé, de la posibilidad de Paraguay de vender para dos grandes mercados y sin aranceles es fantástico, si trabajas bien, ese el punto. El segundo punto es el Mercosur, el mundo cambia y cambia muy fuertemente, porque el mundo se torna más cerrado, los aranceles crecen, políticas industriales que vuelven, una cosa que no se hablaba más era de política industrial, era una palabra que no se podía usar porque el mundo se estaba integrando. Hablábamos de una globalización, pero todo está cambiando y está cambiando muy rápidamente. En este cambio del mundo, los bloques regionales cambian de importancia también; entramos en el Mercosur que nunca fue verdaderamente un mercado común en pleno, un mercado común verdaderamente común. Quizá, en vez de ser más flexible tenga que profundizar y hacer una integración más grande que hasta ahora no fue hecho porque el Mercosur funciona para ciertos seguimientos específicos, para la industria automotriz funciona bien, pero adelante de eso es un mercado común que es mercado solamente de nombre, es más una zona de libre comercio alguna cosa así, pero cuando veo políticas industriales en todos los mercados del mundo volviendo a estar en la mesa, países cambiando, EEUU habló ahora de diez de arancel en nuevos hierros; entonces todos los mercados se cierran. Esta fuerza de Mercosur de generar un mercado de 250 millones de personas, que es lo que Mercosur juntos más o menos, tiene un poco más, es una fortaleza. Ese es el mercado que Paraguay tiene que mirar, es la gran posibilidad, la oportunidad de Paraguay de mirar un mercado de 250 millones de personas, no mirar un mercado paraguayo y con un Mercosur profundizado, integrado, verdaderamente integrado, eso puede pasar.

–China continúa expandiendo su influencia en América Latina, tanto en infraestructura como en comercio. ¿Cómo debería Paraguay posicionarse frente a esta potencia, considerando que aún mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán, pero su economía depende en parte del mercado chino?

–Es pregunta muy compleja, pero sin duda en el juego de competencia entre Estados Unidos y China, la América Latina y América del Sur va a tener una mirada especial, se está viendo ahora una disputa de influencia. Se habla de una disputa de influencia y se va a profundizar, se va a agrandar y no solamente en el campo económico. Es más que eso. El campo económico, el campo cultural, el campo diplomático, en el campo tecnológico, en el campo quizá de la defensa. Es difícil hablar de cómo Paraguay debería hacer, en el juego entre China y Estados Unidos. Yo hablé que Brasil debería ser más neutro posible y no deberíamos buscar lados en un juego que no es nuestro, en un conflicto que no es nuestro. Así tener las sociedades propias con Estados Unidos, con China. Así debería pensar Mercosur, así debería pensar los países de la región.

Las condiciones que Paraguay puede poner en la mesa: Estabilidad, estabilidad y estabilidad. Es el punto que más va a ser mirado por quién tiene que hacer la inversión.

Trayectoria

Jackson Schneider es profesor adjunto en Ia Universidad de Columbia (Nueva York) y senior visiting fellow en el King’s College de Londres. Fue presidente y CEO de Embraer Defensa y Seguridad. También integró los directorios de empresas como Tempest, Visiona OGMA - Portugal, vinculada a sectores aeroespaciales y tecnológicos.

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