Silvio Berlusconi, Il Cavaliere, tiene 76 años, pero le siguen gustando las chicas jóvenes, de abundante pecho y poco cerebro. Claro que el ex primer ministro italiano no es ningún intelectual, y eso que Italia es una de las cunas de la cultura y del pensamiento en la Vieja Europa, escribe Jean-Claude Dufour, para el diario correo diplomático.
En fin, Silvio es amante de la buena vida, de las fiestas de bunga bunga, de los escándalos con prostitutas... Es un personaje vulgar, un rico empresario sin escrúpulos y con escasa cultura democrática. Representa la Italia corrompida y políticamente analfabeta.
Il Cavaliere es una momia andante, y su dinero y sus liftings faciales no consiguen ocultar sus miserias ni tampoco sus debilidades. Una de ellas es la debilidad de la carne. Le gustan más las mujeres que a un niño un caramelo o un pastel de chocolate.
El expresidente del gobierno italiano aseguró que la izquierda la ha acusado de todo “menos de ser gay y de robar a los italianos”, en una entrevista con una radio.
Silvio Berlusconi, que jamás leyó a Dante Alighieri y Giovanni Boccaccio, y debe pensar que el cineasta Pier Paolo Pasolini fue un jugador del Atlético de Madrid, conquistó a una nueva mujer. Se llama Francesca Pascale, nació en Nápoles hace 27 años, tiene un pecho abundante, la sensualidad de un pulpo y un coeficiente intelectual por debajo de la media. Il Cavaliere la presentó en sociedad como su novia. Los periodistas de la prensa rosa italiana, que en Italia tiene un color más bien parecido al de los excrementos, especulan sobre si Francesca es o no la novia de Silvio.
Francesca Pascale levanta muchas pasiones. La política y empresaria Daniela Santanché, conocida en el país que inventó el Renacimiento como “la Pasionaria de la derecha”, aseguró a una emisora de radio que la muchacha napolitana es la novia de Berlusconi. Esa chica está en boca de muchos en Italia.
Silvio dijo en una entrevista en televisión que piensa incluso casarse con ella. Los obispos italianos, que son tan de derecha como Il Cavaliere, deben estar que trinan, porque no les gusta nada la vida un tanto depravada que tiene el exjefe del gobierno. Y es que Silvio sigue declarándose católico, apostólico y romano. ¡Qué contradicción!
UNA TREPA NAPOLITANA. Francesca Pascale sabe contar hasta 10, pero no sabemos si hasta 15. La napolitana es una trepa de tomo y lomo. Conoció a Berlusconi en 2007, en Roma, después de una manifestación de apoyo a Il Cavaliere organizada por el denominado comité Silvio, te echamos de menos.
Silvio se fijó en ella y entabló una relación en la que no faltaron regalos como coches y joyas de lujo. La colocó incluso en la candidatura a las elecciones provinciales de Nápoles por el Pueblo de la Libertad, el partido que creó Berlusconi. Francesca abandonó después la política e intentó transformar su persona. Recibió lecciones para saber comportarse en ambientes sociales selectos, se apuntó a un curso privado de dicción y se sometió a algunas operaciones de cirugía estética.
Prometió a sus amigas que acabaría siendo la novia de Silvio. Lo consiguió, o al menos eso parece. No está mal para una chica de una de las ciudades más pobres de Italia que con 18 años ganó un concurso en un programa hortera de una televisión infame.