El Banco Central del Paraguay dio a conocer la semana pasada los últimos datos sobre el comportamiento de la economía hasta el segundo trimestre del año. Llamó la atención la fuerte recuperación que se dio entre abril y junio del presente año, donde el producto interno bruto registró un aumento del 14,5%.
La cifra resulta más que alentadora atendiendo que entre enero y marzo el PIB había registrado un crecimiento de solo el 0,6%.
El fuerte repunte en el segundo trimestre permitió acumular en los primeros seis meses un crecimiento del 7%. Este porcentaje resulta más tranquilizador para las autoridades económicas, pues permite estimar que se cumplirá con la meta de crecimiento en torno al 4,5%.
Los sectores que impulsaron el crecimiento de la economía son construcción, servicios y las manufacturas.
Con respecto al tercer trimestre del año, aún no se tienen datos oficiales, pero se estima que el comportamiento de la actividad económica mantuvo su ritmo, atendiendo el levantamiento de las restricciones por la cuarentena. Esto permitió la normalización de las actividades económicas en un alto porcentaje.
Ya prácticamente estamos entrando en el último trimestre del año y si la situación de la fuerte bajante del río Paraguay y Paraná no afecta de manera significativa el desarrollo de la economía es posible pensar que el 2021 cerrará con un buen desempeño económico y quizás los resultados que obtenga Paraguay sean entre los más destacados de la región.
Lo que sí está preocupando a los analistas económicos es el rápido repunte de la inflación en los últimos tres meses. Hasta el momento la tasa de IPC acumulado es del 3,6%, mientras que en los últimos doce meses la variación es del 5,6%.
Este último dato llama la atención de los analistas, pues de mantenerse la tendencia es de esperar que la inflación al cierre del año supere ampliamente la meta del 4%.
Algunas consultoras incluso arriesgaron a estimar que la inflación estaría cerrando el 2021 cercano al 6%.
Ante esta situación, el BCP está realizando una revisión de las estimaciones iniciales y es probable que se ajuste al alza.
Los precios de los productos de la canasta básica familiar son los que mayor aumento registraron en los últimos tres meses, según se puede ver en el monitoreo que realiza la Sedeco.
Los consumidores están alzando sus voces de reclamos por el incremento sostenido de los cortes de carnes, así como de panificados. No quedan atrás las frutas y verduras.
Según las respuestas dadas por productores, todo tiene su explicación. El precio de la carne sube debido a la poca oferta de ganado en condiciones para la faena. Además, hubo fuertes sobrecostos en la alimentación del hato debido a las heladas, y ahora la sequía que afecta a un amplio sector del territorio nacional.
Una situación similar ocurre con las frutas y hortalizas. Los productores tuvieron que extremar esfuerzos para enfrentar las heladas y ahora también la falta de lluvias. Todos estos factores encarecen la producción.
Tanto los productores como los supermercadistas esperan que los precios se vayan estabilizando con el correr de las semanas, a medida que se normalice la oferta de productos.
Todos aplaudimos el mejor comportamiento de la economía, lo que sí resulta preocupante es el precio que tienen que pagar los consumidores para acompañar el ritmo de crecimiento y la mayor demanda de productos.
Las autoridades del BCP están tomando medidas que ayuden a frenar el avance de los precios de los productos, como la medida asumida en el aumento de las tasas de política monetaria, solo que este antídoto tarda en surgir efecto y, mientras tanto, el consumidor se verá obligado a financiar el repunte de la economía.