Soy Amit Mekel, el primer embajador de Israel en Paraguay que no es judío. Esto representa para mí una misión profundamente significativa. Nací en Israel en la comunidad drusa, caracterizada por su lealtad al Estado de Israel, su compromiso con el servicio militar y la convivencia con el pueblo judío. Con mi esposa compartimos un compromiso inquebrantable con la memoria, la verdad y la esperanza. Ella es judía, nieta de sobrevivientes del Holocausto, cuya familia fue en su mayoría asesinada por los nazis; juntos compartimos un legado.
Durante cinco años serví como comandante en la unidad de paracaidistas de las Fuerzas de Defensa de Israel. Eso me hizo conocer de primera mano la ética y los valores que guían a los soldados israelíes. Por eso digo claramente: Israel no buscó la guerra en Gaza. Esto no comenzó con una decisión israelí, sino con un acto de terror brutal contra el pueblo judío como no se había visto desde el Holocausto.
Antes de mi llegada a Paraguay, proyecté quince veces la «película del horror», compuesta por imágenes tomadas de las cámaras de los terroristas que participaron en la masacre del 7 de octubre de 2023.
Ver el odio, la crueldad y el placer con que asesinaron a judíos es una herida que me acompañará toda la vida. El árabe es mi lengua materna y por eso nunca olvidaré el momento en que uno de los terroristas, mientras mataba a diez judíos, tomó el teléfono de una de las víctimas, llamó a su madre con orgullo y le dijo en árabe: “Mamá, maté a diez judíos.” Y su madre respondió: “Ojalá hubiera estado contigo”.
Esa escena refleja la profundidad del odio y la necesidad de luchar para evitar otro 7 de octubre, también a través de la educación, la moral y la memoria. En medio de esta dolorosa realidad, Paraguay se ha destacado como un verdadero amigo. La comunidad judía y el Gobierno de Paraguay han contribuido en su lucha contra el antisemitismo, promoviendo la tolerancia y el respeto.
Nuestra misión como embajada es recordar al mundo el apoyo sincero y valiente del Paraguay. Esta amistad no se limita a gestos simbólicos, sino que se traduce en acciones concretas. El presidente Santiago Peña inauguró personalmente la embajada en Jerusalén y pronunció un discurso histórico en la Knéset en 2024. Y en este 2025 a raíz de eso, más de setenta profesionales paraguayos viajarán a Israel para capacitarse en innovación, agricultura, medicina y gestión del agua.
Además de los cinco acuerdos ya suscriptos, una delegación del Ministerio de Defensa de Israel visitó Asunción, y ambos países avanzan en un acuerdo de cooperación en materia de seguridad. En noviembre se espera la visita oficial del ministro de Relaciones Exteriores de Israel Gideon Sa’ar, acompañado por una delegación económica de alto nivel. El objetivo es fortalecer la cooperación comercial, tecnológica y de inversiones entre ambos países, aprovechando el potencial común de Paraguay e Israel. La participación del presidente Peña en la Cumbre de la Paz en Sharm el-Sheikh demuestra el creciente prestigio de la diplomacia paraguaya, liderada con visión y coherencia. Ese liderazgo, basado en valores, también fortalece el vínculo con Israel.
Paraguay e Israel comparten una amistad cimentada en la fe en el progreso, la solidaridad y la defensa de la libertad. Estoy convencido de que juntos seguiremos construyendo puentes de cooperación, innovación y esperanza que beneficiarán a las generaciones futuras.