La situación más dramática se vive en Rio Grande do Sul, estado fronterizo con Argentina y Uruguay, donde se han reportado al menos 113 fallecidos, 756 heridos y más de 400.000 desplazados.
Otra víctima mortal fue confirmada en el vecino estado de Santa Catarina, también afectado por la catástrofe, pero en menor grado.
Las lluvias torrenciales de la última semana provocaron una crecida sin precedentes de los ríos, que han inundado de forma total o parcial decenas de ciudades, incluida Porto Alegre, la capital regional, que aún hoy registra barrios enteros anegados.
El fuerte dispositivo de salvamento, en el que participan policías, bomberos, militares y voluntarios, está teniendo serias dificultades para distribuir la ayuda humanitaria, pues los accesos a algunas localidades han desaparecido y decenas de carreteras están cortadas.
De acuerdo con los datos de la Defensa Civil, desde la semana pasada, las autoridades brasileñas han podido rescatar a cerca de 71.000 personas y 10.000 animales, en el que ya es uno de los mayores desastres climáticos de la historia de Brasil.
Además, aún hoy hay decenas de familias incomunicadas por el elevado nivel del agua que aguardan su rescate.
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La situación puede empeorar en las próximas horas, ya que se esperan nuevos temporales con precipitaciones, frío y fuertes rachas de viento.
El sistema de salud pública también se ha visto golpeado, con la mayoría de las unidades de atención primaria de la región afectadas por las inundaciones, según indicaron a EFE fuentes de organizaciones sanitarias.
Igualmente, se está intentando reforzar la seguridad, pues ha habido casos de saqueos en algunas localidades e incluso agresiones sexuales en algunos albergues que acogen a las decenas de miles de víctimas del desastre.
Por otro lado, se estima que las inundaciones impactarán negativamente a la economía brasileña, pues Rio Grande do Sul es un importante polo agropecuario, sector fundamental para el crecimiento del país.
En este contexto, el Gobierno de Rio Grande do Sul estima que necesitará 18.839 millones de reales (3.700 millones de dólares) para recuperarse de las inundaciones.
Por el momento, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció un paquete de ayudas de 50.000 millones de reales (9.800 millones de dólares) para Rio Grande do Sul, que incluyen medidas asistenciales directas, créditos subvencionados para empresas y asistencia para productores rurales, entre otras.
Fuente: EFE