Las estadísticas de la Policía Nacional dejaron un dato alarmante el fin de semana pasado: Fue mayor la cantidad de gente fallecida por suicidio que por accidentes de tránsito, siendo 10 y 8 respectivamente. El lunes, la cantidad de personas que eligieron autoeliminarse llegó a 16.
El dato estremeció a la sociedad y fue tema de conversación en los medios, poniendo nuevamente la alerta sobre lo que viene ocurriendo en el país.
El doctor Julio Torales, responsable del área de Salud Mental del Hospital de Clínicas, nuevamente recalca la importancia de hablar sobre esta área de la salud.
Sobre todo porque con los tratamientos adecuados se puede prevenir que el paciente llegue a dicha decisión. Recordó que en el 90% de los casos de autoeliminación hubo casos mal tratados o no diagnosticados.
Como profesional de la salud mental, Torales recomienda acercarse a la persona que da señales que despiertan preocupación (Ver info).
Menciona que cuando el entorno empieza a darse cuenta del cambio llamativo en la actitud de una persona, hay que acercarse.
“Tenemos que acercarnos y decirle: ‘Te noto mal, ¿te puedo ayudar? Te ayudo a consultar con un especialista del área de salud mental’. No importa que sea médico, siquiatra, sicólogo, con alguien. Ingresar al sistema es lo importante”. Señala que ese acercamiento y ofrecimiento de ayuda es el acto más grande de amor que se pueda tener. No dar todo por sentado.
“No decir: ‘ah no, fulanito luego hizo eso otra vez, siempre luego hace para llamar la atención’. Muchas veces eso es un grito de auxilio”, enfatiza.
Contar con call center que puedan atender a personas en situación de crisis sería lo ideal, considera el siquiatra del Hospital de Clínicas.
Justamente en dicho centro asistencial se contaba con dicho servicio durante el tiempo de la pandemia. Esto debe estar establecido como política de Estado, considera.
Particularmente como médico siquiatra en Paraguay, tiene muchas esperanzas en la implementación pronta de la Ley de Salud Mental, dice.
Sobre todo por la reconversión del Hospital Psiquiátrico a un centro nacional y contar con lugares de atención en las comunidades. “Espero no defraudarme”, anhela.
Cambio. Torales insta también a dejar atrás los tabúes y estigmas que rondan alrededor de la salud mental.
“Tenemos que mejorar el lenguaje en que lo hacemos en el día a día. Cuando nos peleamos con alguien, por lo general del sexo femenino, decimos ‘dejale, esa es una loca’. No decimos dejale a la diabética, cuidado con la hipertensa”.
La calificación peyorativa de la enfermedad mental se instala desde la infancia y la adolescencia, observa.
“Si una persona se sabe enferma o se siente triste, no va a querer contar porque la sociedad la ve de una manera negativa a la enfermedad mental”.
Profundiza este punto expresando que muchas veces se ve a este problema de salud como algo que tiene que ver con la fuerza de voluntad.
El factor religioso también tiene un efecto contrario, al considerar que solamente la fe puede ayudar a una persona en esa situación.
“Imagínense el daño que le estamos causando a una persona, que encima es creyente y tiene depresión, al decirle que su Dios le abandonó”.
Las proyeccciones pueden ser mayores
El doctor Julio lamenta que los datos de la investigación realizada, donde se estima que para el año 2027 alrededor de 530 personas adultas se quitarán la vida, se esté cumpliendo. Con lo que se vio el fin de semana anterior, esta cifra incluso puede quedar corta. podemos incluso llegar a pensar en más de 600 a 700 personas en los próximos cinco años”, dice.