16 may. 2025

Imparable diplomacia presidencial de la que aún se aguarda resultado

Santiago Peña cierra el 2024 con 27 viajes en los 12 meses del año. El captar atención y venida de inversionistas aún no arroja resultados tangibles. Retrocesos e inseguridad jurídica minan objetivo.

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Santiago Peña, presidente de la República de Paraguay.

Foto: Gentileza.

El presidente de la República, Santiago Peña viajó en cada uno de los 12 meses del 2024. En algunos, en más de una ocasión (ver infografía) lo que ha generado memes que aluden a cuándo estaría por el país, pero también preguntas serias respecto a qué resultados han arrojado sus presentaciones en diversos foros internacionales sobre las ventajas que ofrece el Paraguay a los inversionistas, con su habitual discurso respecto a la disponibilidad de energía renovable, con dos grandes hidroeléctricas, y país que es “un diamante en bruto”. A lo que hay que sumar la disponibilidad de una población joven y lo más reciente, un país que logró el grado de inversión y estabilidad macroeconómica, entre otras ventajas. Sin embargo, por ahora la llegada de inversionitas con intenciones reales de establecerse en el país no se ha visto concretarse, salvo el interés de empresas taiwaneses con buses electrónicos y en la posibilidad de instalar la industria de los microchips en Paraguay.
En política exterior, el presidente ha buscado posicionarse como una figura emergente y presentar a Paraguay como un país interesante y seguro para capitales extranjeros. En este afán, la figura del canciller Rubén Ramírez Lezcano ha pasado inadvertida, hasta que en junio último, durante la asamblea general de la OEA celebrada en Paraguay, Peña lo presentó oficialmente como candidato para secretario general de la Organización.

Mientras el mandatario intenta instalar en el exterior una imagen positiva y atractiva del país, sus aliados del cartismo van a contramano impulsando leyes que representan un retroceso en derechos humanos, disfrazándolas con objetivos de control o transparencia. Tal como la que busca dificultar y reducir la participación y organización ciudadana a través de oenegés. También desvirtúan el objetivo de una Comisión Bicameral de Investigaciones en el Senado emprendiendo una “caza de brujas” contra las organizaciones de la sociedad civil, en vez de investigar el lavado de dinero. Con los cartistas también Paraguay estuvo a un paso de violar el derecho internacional derogando con una ley un convenio con la Unión Europea, se retiró la confianza al embajador de Estados Unidos, Marc Ostfield, por comunicar este nueva sanciones hacia el ex presidente Horacio Cartes. Además, en pleno endurecimiento de la histórica disputa entre Israel y Palestina, se mudó la embajada paraguaya de Tel Aviv a Jerusalén, con lo que se rompió la posición neutral que ha mantenido Paraguay en concordancia con la ONU y, lo más reciente, unilateralmente se cortó la cooperación brinda a la Senad por la Administración de Control de Drogas, DEA.

LOS VIAJES DE SANTIAGO PEÑA.png

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