Se trata de Ángel Rosalino Cabrera Méndez, de 65 años, quien murió de manera súbita frente a la plaza de la Basílica de Caacupé.
El fallecido se desempeñaba como vendedor de asaditos en las cercanías de la plaza, informó el periodista de Última Hora Andrés Colmán Gutiérrez.
De acuerdo con los datos preliminares, el hombre cayó desvanecido de forma totalmente inesperada cerca de las 9.00 de este jueves.
Causó conmoción en los vecinos de la zona, debido a que se creyó que se trata de un posible caso de Covid-19.
La sospecha fue desmentida por profesionales médicos que levantaron el cuerpo del fallecido. Estos dijeron sospechar que la causa de la muerte podría ser un infarto. Los trabajadores de blanco acudieron al lugar vestidos con los trajes de bioseguridad.
La capital del Departamento de Cordillera también presenta una actividad disminuida debido al decreto presidencial que dictamina la cuarentena total.
La Basílica de la Virgen de los Milagros de Caacupé cerró sus puertas y los religiosos atienden solo a los que deseen bendecir objetos o imágenes.
