Don Canuto González, excombatiente de la Guerra del Chaco (1932-1935), se unió a la contienda a la edad de 15 años.
En medio de un aniversario más de la Paz del Chaco, relató a Última Hora que durante los tres años recibió un balazo en la mano izquierda que lo obligó a retornar a la capital para ser asistido.
Fue homenajeado el pasado miércoles y jueves último por las Fuerzas Armadas y el Ejército paraguayo, que le llevaron obsequios y serenata en su domicilio, primeramente.
Posteriormente, fue agasajado en el Cuartel de la Victoria, con presencia del presidente de Santiago Peña.
González nació el 19 de enero de 1916. Cumplirá 110 años el próximo año. Para alegría de su entorno, se lo observa fuerte y sano así, por lo que deducen que con toda probabilidad llegará a cumplir un año más de vida.
Es oriundo de Coronel Martínez, Guairá, aunque se mudó a una compañía del mismo departamento, llamada Potrero Oculto, donde vivió gran parte de su vida. Actualmente, reside en Capiatá, Departamento Central.
EN SU MEMORIA
González refirió que tenía 15 años cuando fue a la guerra. En aquel tiempo, no había camisas, entonces vestían guardapolvos. “Seguramente en esa época no había mucha ropa para usar. Solo un guardapolvos nos dieron en aquella oportunidad. Recuerdo que teníamos una larga trinchera, ahí esperábamos empuñando las armas”, comentó.
CARENCIA DE AGUA
Sobre cómo lidiaban con la falta de agua, expresó que era mejor tener hambre que sed ante las elevadas temperaturas. Además, recordó que apenas recibían un suministro del vital líquido y debían compartirlo con sus camaradas.
“Es mejor tener hambre que sed, la comida puede faltar, pero agua necesitábamos sí o sí, aunque sea para mojar la lengua. Sin comidas podemos sobrevivir tres a cuatro días, pero sin agua no. Era lo esencial. Si recibíamos una caramayola de agua, teníamos que invitarnos entre compañeros. Uno no podía tomar solo el agua con los demás solo mirando. Solo tragos pequeños. De repente, encontrábamos algunas huellas, algún pocito con agua, nos agachábamos para tomar, para mojar la lengua y la garganta. Tomábamos cada vez que nos llegaban los suministros. Nos íbamos a un lugar donde recargábamos la caramayola, pero apenas tenía un litro que debía durar una o dos semanas”, recordó.
HERIDO EN COMBATE
González recibió una herida de bala durante uno de los combates. Secuela que visiblemente se observa hasta hoy en la mano izquierda.
“En la mano me acertaron con una bala. Tengo una cicatriz en la mano izquierda. Me acertaron cuando estábamos en pelea. Había una trinchera tipo canaleta y los contrarios del otro lado. Había una señal como el humo para saber de dónde iban a venir, así comenzaba la balacera. Justo me acertó uno en la mano izquierda. Gracias a Dios, tuve la suerte de recurrir rápido al doctor. Me trajeron hasta Asunción para la curación. Fue en Ytororõ, donde combatí los tres años”, expresó.
EN VEZ DE SU PAPÁ
Uno de los recuerdos que tiene don Canuto es lo acontecido con su madre al inicio de la guerra. Al iniciar el conflicto bélico, los reclutadores llevaron a su padre; no obstante, él se ofreció como voluntario para ocupar su lugar y no dejar sola a su madre y el resto de su familia.
“Vino la comisión (se refiere a los militares y policías que reclutaban), el soldado llevó a mi papá. Estuvo 15 días fuera de casa. Mi mamá se preocupaba por él. Por eso, me presenté en el lugar y así mi papá recuperó la libertad. Me animé, me presenté y me quedé en lugar de él. Mamá se iba a quedar sola si nos íbamos los dos”, señaló.
MENSAJE PARA LOS JÓVENES
Como héroe de guerra quien arriesgo su vida en defensa de la patria, se le pidió a don Canuto un mensaje para los jóvenes.
“Les digo que amen el trabajo, amen la educación. Saquen de dónde sea las ganas para estudiar y trabajar. No tienen que depender de los padres”, culminó.
Una de sus hijas, Graciela González, estuvo acompañando de cerca a su padre, para el desarrollo de esta nota.
UNA RELIQUIA EN VIDA
Según Graciela González, tener a un héroe de guerra en la familia representa una bendición y más por la edad que ya alcanzó don Canuto.
“Para nosotros él es un bebé. Le cuidamos así. Donde se va es muy bien cuidado, por eso decimos que llega a esta edad. Él no tiene ningún problema con la comida, es muy fuerte, tampoco para dormir. Come solo, toma su café con pan solo, se maneja solo, pero ya no camina. Está en su silla de ruedas siempre. Aunque le hacemos caminar uno, dos o tres pasos cuando se va a bañar, al levantarse para que no vaya directo de la cama al sillón. Le hacemos masajes en las piernas, brazos y espaldas, es nuestro bebé. Es nuestro centro de atención”, refirió.
SOLO TRES CON VIDA
El pasado miércoles 11 de junio, las Fuerzas Armadas y el Ejército paraguayo, como cada año, rindieron un homenaje a los excombatientes de la Guerra del Chaco que aún siguen con vida, en la víspera de los festejos por el 12 de junio, Día de la Paz del Chaco.
En total, quedan tres excombatientes con vida, además de don Canuto González, Virgilio Dávalos y Juan Bautista Cantero. El primero vive en Capiatá, tiene 109 años y el 19 de enero cumplirá 110.
Dávalos vive en Coronel Oviedo, Caaguazú, tiene 110 años y este 11 de octubre cumplirá 111 años. Finalmente, Cantero quien vive en Itakyry, Alto Paraná, tiene 108 años y el 15 de febrero cumplirá 109.
El comandante Manuel Rodríguez Sosa, jefe del Ejército paraguayo, fue con una delegación a felicitar a Canuto González a Capiatá.
En la oportunidad, afirmó que se trata de un homenaje al excombatiente que prestó servicios como soldado en el Regimiento de Infantería 2 de Ytororõ.
Rodríguez Sosa aseguró que este reconocimiento se realiza cada año sin excepción.
Soldados del Ejército paraguayo fueron vestidos con el uniforme que llevaron sus antepasados a la Guerra del Chaco en 1932. En el uniforme se destaca el fusil mauser que empuñaron los combatientes durante el conflicto bélico. Don Canuto reconoció al instante el arma y comentó que puede disparar solo cinco tiros por carga. Al excombatiente se lo vio muy emocionado al ver a los soldados. También, recibió obsequios como un poncho con los colores de su amado Olimpia y cuadros con mensajes.