18 abr. 2024

“Hay potencial para electromovilidad, pero se necesitan políticas públicas”

El experto mexicano Gustavo Jiménez destacó que Paraguay tiene capacidad para migrar a la movilidad cero emisiones, aprovechando su energía eléctrica renovable y menor dependencia del petróleo.

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Entusiasmo. Jiménez admitió que Paraguay tiene todo para potenciar la electromovilidad.

Gustavo Jiménez es ingeniero civil y ambiental por la Universidad de Texas, EEUU, director del Grupo E-Mobilitas, con 15 años de experiencia profesional en la movilidad urbana sustentable, y 8 años liderando equipos multidisciplinarios en diferentes países. Con estudios en economía y finanzas por la Universidad de Dallas y la Universidad de California en Los Ángeles, está certificado en Planificación del Transporte por el Instituto de Ingenieros de Transporte (ITE, por sus siglas en inglés) en Nueva York, y es coordinador general de la Consultoría para el Plan Maestro de Movilidad Eléctrica de Paraguay. Estuvo en el país y nos habla sobre electromovilidad.

–¿Por qué debemos apuntar a la electromovilidad?

–Paraguay tiene un gran potencial para migrar a una movilidad cero emisiones, porque la generación de energía es limpia, es envidiable a nivel mundial y de la región. El hecho de que Paraguay pueda generar su energía a través de las hidroeléctricas, y de manera renovable, apunta a que hay un avance muy bueno en términos de sostenibilidad. Ahora, los vehículos que se conducen en Paraguay no son eléctricos. Obviamente antes no había vehículos eléctricos en el mercado, entonces era mucho más difícil poder introducir conceptos de electromovilidad en el país, pero ahora que la oferta de vehículos se ha incrementado tanto, que ya se producen muchísimos millones de vehículos eléctricos anualmente a nivel global, pues Paraguay tiene una oportunidad idónea para migrar todo el parque vehicular a cero emisiones. De igual forma también buscar la independencia energética, porque al hecho de estar importando gasolina, diésel y demás, complica mucho los costos de la energía.

–¿En qué etapa estamos camino a cumplir ese objetivo en América Latina?

–Desde nuestra empresa estamos apoyando a varios países en temas de electromovilidad, ya sea desde la construcción de planes maestros, política pública, o en la implementación de corredores eléctricos, como buses eléctricos, etcétera. Hemos apoyado en varios países, en México principalmente, pero también estamos en Panamá, en Colombia, en la República Dominicana, ahora con un proyecto en Argentina, Costa Rica, y lo que hemos aprendido de todo esto, como región latinoamericana, es que aún nos falta mucho (...). Estamos en un momento crucial, en el que ya hay oferta, ya hay proyectos, pero como que faltan las políticas públicas, falta el apoyo del Gobierno, que los inversores o el sector privado se animen a la inversión de la electromovilidad, porque van a ver los beneficios, no solo ambientales, sino también económicos.

–¿Es más importante el transporte público de pasajeros o el de carga?

–Van de la mano (...). Cuando hablamos del transporte público, estamos hablando también de calidad de vida para el ciudadano, porque no es lo mismo un autobús viejo, contaminante, que a lo mejor no llega a tiempo, que una operación digna, eficiente y profesional de un sistema de autobuses eléctricos. Un país desarrollado se mide por la calidad de su transporte público (...). No tenemos todavía las condiciones para poder impulsar eso, y también por esto el interés, que cuando se migre a la electromovilidad se migre a un sistema de transporte público más digno para el pasajero, para la ciudadanía (...). El transporte logístico es a lo mejor un transporte que no toca el día a día del ciudadano, pero sí toca a las ciudades. Todos hemos sufrido por vehículos de carga contaminantes que pasan por las calles, que hacen ruido, que bloquean las ciudades. Entonces, tener una política pública, un ordenamiento sobre el transporte logístico también es de alta importancia, y si es eléctrico mucho mejor, porque así se elimina el ruido, la vibración, la contaminación, es un ganar-ganar, para la sociedad y para los mismos transportistas.

–¿Nos puede relatar su experiencia sobre los beneficios o dificultades de la movilidad eléctrica?

–Hay muchas dificultades. Como primera instancia, la movilidad eléctrica tampoco resuelve los problemas reales que tenemos en las ciudades latinoamericanas, ciudades aquí en Paraguay como Encarnación, Ciudad del Este, Asunción, donde hemos visto que hay dificultades en la gestión propia del transporte. A veces, la tarifa es baja, a lo mejor las rutas no son de lo más efectivas, idóneas, falta un poco de institucionalidad, desarrollar cómo regular y controlar el transporte. En ese orden de ideas también hay dificultades para que la electromovilidad suceda, porque el costo de los buses eléctricos, de los camiones eléctricos, sigue siendo más elevado que un vehículo de diésel o de gasolina. Entonces, la barrera más alta para la penetración de la movilidad eléctrica es el costo (...). Además, la producción de vehículos, aunque sean eléctricos, continúa teniendo sus impactos ambientales, como es el de las baterías. Por eso estamos intentando apoyar a los países a ver todos estos puntos en los que pueda haber problemas, para atacarlos de una manera proactiva en lugar de reactiva.

–¿Qué diferencias hay entre la electromovilidad y la micromovilidad?

–Cuando hablamos de micromovilidad nos referimos a los patines, bicicletas, motos pequeñas, de la movilidad de bajo kilometraje. Muchos de estos vehículos de micromovilidad son eléctricos (...). La micromovilidad es un concepto que se enfoca en el desplazamiento de distancias cortas en las ciudades. Es muy importante para las ciudades, principalmente como conexión. Cuando la gente utiliza el transporte público existe el reclamo que a lo mejor la ruta no llega hasta su casa, entonces la micromovilidad es un eslabón adicional para la conectividad.

–¿Hay un plazo para delinear puntos principales del plan maestro en Paraguay?

–Sí, vamos a estar trabajando todo este año. En principio, a finales del 2022, vamos a tener ya consolidado el plan maestro, que va a ser un instrumento que pueda difundirse y emplearse para ordenar los diversos esfuerzos que hay en torno a la electromovilidad en Paraguay. El MOPC y el Mades publicarán el plan para involucrar a las demás instituciones públicas, al Ministerio de Industria y Comercio, STP, la ANDE, Itaipú, y estamos coordinando con todos ellos para poder tener un plan consolidado hacia finales de este año.

–¿Sin el trabajo del Estado no se puede?

–Sí. Y ahí también hay que plantear exoneraciones de impuestos, una coordinación más efectiva sobre las políticas públicas del transporte, para que fomente la introducción de la movilidad eléctrica y apunten hacia una renovación de los sistemas de transporte (...). El gran valor y el gran potencial que tiene Paraguay sobre toda la región latinoamericana es el de poder producir energía limpia y barata. Entonces, el hecho de migrar hacia la electromovilidad le va a brindar a Paraguay una independencia eléctrica. No tener que importar petróleo es algo muy importante, es una reducción en gastos, en costos operativos. Paraguay tiene todo para lograrlo. Hay excedente de energía, pero debemos saber cómo llevamos esa energía a las casas, a los transportistas, a las empresas y cómo hacemos en el cobro, porque tampoco hay política pública establecida al respecto (...). Paraguay podría llegar a ser el país más renovable en el continente americano si es que se toma la electromovilidad con mucha seriedad y celeridad.

  • Paraguay tiene potencial para migrar a una movilidad cero emisiones, porque la generación de energía es limpia, es envidiable.
  • Como región latinoamericana estamos en un momento crucial, hay oferta, hay proyectos, pero faltan las políticas públicas.
  • La movilidad eléctrica tampoco resuelve los problemas reales (...) hay dificultades en la gestión propia del transporte.
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