El sonado caso tuvo como víctima a Juan Augusto Roa Bartz, trabajador de prensa en el Departamento de Itapúa, quien fue agredido violentamente por los guardias cuando cumplía su trabajo en la primera ronda de los Corsos Encarnacenos 2018.
Los agresores fueron identificados como Arnaldo Cabral, alias Kakin, Luis Figueredo, alias Gordo, y Milner Alcides Giménez Arzamendia, alias Pan Triste, quienes en el momento del hecho estaban al servicio de la empresa MVA, encargada de la organización de los carnavales encarnacenos de dicho año.
Los mismos fueron denunciados y procesados por la agresión al comunicador, y en la apertura del juicio oral y público a instancia de la presidenta del Tribunal unipersonal, jueza Diana Arana de Uzuca, los hoy sentenciados lograron conciliar con el querellante, por lo que la magistrada procedió a homologar el acuerdo al que llegaron las partes en la audiencia.
Además, declaró la extinción de la acción penal por los hechos acusados de lesión, maltrato físico y daños tipificados en varios artículos e incisos del Código Procesal Penal. Asimismo, los tres guardias fueron sobreseídos definitivamente.
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El acuerdo homologado señala que los guardias tendrán que cumplir el servicio comunitario en el Hospital Regional de Encarnación en coordinación con el director del nosocomio, en un total de 100 horas cada uno en el lapso de seis meses. La resolución también dispuso la reposición de la cámara fotográfica dañada y una disculpa pública al comunicador a través de los medios de comunicación.
En ese sentido, este lunes las partes ofrecieron una conferencia de prensa en frente del Palacio de Justicia de Encarnación, donde los hoy sentenciados pidieron disculpas al periodista Juan Augusto Roa Bartz por los hechos acontecidos en una de las rondas de la fiesta carnestolendas.
Los guardias reconocieron su mala actuación y dijeron estar arrepentidos por lo sucedido.
Por su parte, Juan Augusto Roa Bartz, corresponsal del Diario Abc Color en Itapúa, aceptó las disculpas de los guardias que lo agredieron y señaló que el caso deja un precedente importante para todos los comunicadores con la sentencia a los acusados. “Este es caso de interés particularmente para el gremio de periodistas, atendiendo que afecta directamente el desempeño del comunicador en el ejercicio de una función garantizada en normativas vigentes en nuestra República”, manifestó Roa.
Asimismo, aclaró que en ningún momento solicitó ningún resarcimiento económico por el hecho, sino la condena de los autores, a fin de que quede un precedente para que no haya más sucesos similares y en caso de que se registre, los autores sean condenados.
Roa había sufrido lesiones y cortes en la cabeza, en tanto que su cámara fotográfica fue literalmente destruida. El mismo estaba con otro grupo de periodistas aguardando el inicio del corso y al salir el primer grupo de comparsas, empezó a sacar las fotografías en la entrada de la pista y cuando intentó cruzar al otro lado frente a las bailarinas para obtener mejores imágenes fue atacado por los guardias.