La gente selecciona dos de las 38 opciones de idioma disponibles, entonces el smartphone escucha la conversación y la convierte en chat.
Una voz automatizada traduce instantáneamente en audio, y a continuación se muestra por escrito en las pantallas de teléfonos inteligentes. Las transcripciones de chats se pueden guardar.
La potencia de cálculo para las conversaciones traducidas proviene de los servidores de Google, por lo que se necesitan conexiones a Internet a través de Wi-Fi o de las compañías de telecomunicaciones.
El equipo de Google está trabajando para ampliar los idiomas y las capacidades disponibles.