05 oct. 2024

Globo pinchado

Luego del último anuncio en relación con la Itaipú Binacional, tras un primer momento rimbombante, el globo se pinchó y se está desinflando demasiado rápido, porque el propio presidente de la República se encargó de ir dando con la aguja en el objeto, definido certeramente como un “receptáculo de materia flexible lleno de gas, que sirve de juguete para los niños, como decoración en fiestas”.

Itaipú ha sido la celebración para unos pocos, sin dejar de dar mérito a los técnicos y profesionales que integran la binacional. La entidad pareciera el juguete de los millonarios surgidos con los estratosféricos salarios que paga la central hidroeléctrica.

Si bien el acuerdo alcanzado con Brasil no es despreciable, el propio Gobierno se está encargando de embarrar la cancha, primero porque nos trató de boludos diciendo que se consiguieron USD 1.250 millones al año, cuando en realidad en ese monto existen recursos que Paraguay ya viene recibiendo desde hace tiempo. Después había sido que no vamos a poder exportar todavía libremente la energía de la mayor generadora de energía limpia y renovable del planeta, sino la de otras centrales, lo que ya se podía luego hacer.

Además, mientras se habla de transparencia, al final el mandatario ya dijo que los nuevos millones no se van a incluir en el Presupuesto General de la Nación (PGN), la mayor garantía que teníamos para controlar y transparentar esos recursos. Ni siquiera existe un documento público donde se detalle exactamente cuánto va a recibir el país tras el acuerdo, solamente cifras arrojadas por las autoridades de turno, ¿así pio cómo vamos a confiar? Claro, la palabra pues, vale hoy en día, es el seguro de los tiempos modernos, porque nadie pisa su palabra, risas e ironía de por medio por supuesto.

La alternativa que proponen algunos entendidos para sortear el escollo es crear un fondo fiduciario, pero ¿cómo sin confianza?; o también la publicación irrestricta de todos los documentos, contratos y convenios de la Itaipú en relación con la ejecución de su presupuesto. Tengo que admitirlo, ahecha’i que la central deje la opacidad a un lado, y por fin se convierta en el mentado pilar del desarrollo social y económico del Paraguay.

Aparentemente, quieren seguir con el modelo de espacio lúdico para los nuevos ricos. La jauría y la prole republicana no quieren soltar el zoquete. Los hampones están siempre listos para clavar los dientes y no veo que se estén tomando las medidas reales para solucionar el caos de la horda de inoperantes que adorna el Estado, porque el cuoteo político es la ley, ya lo sostuvo el titular del Ejecutivo, porque la norma gua’u no se infringe. Repito lo que escribí en anteriores espacios, es una joda y no da para mucho más este asunto.

Lastimosamente, la esperanza es lo último que se pierde. Así nomás como dijo el cardenal: “Reconocemos y valoramos los avances en materia económica y sobre todo aquellas iniciativas que implican beneficios para el país, como el acuerdo logrado con el Brasil sobre la tarifa de Itaipú, que posibilitará disponer de recursos adicionales para atender las urgentes necesidades sociales, siempre que se apliquen de manera correcta y transparente”.

Esa condición señalada por el purpurado es ineludible, pero ya los famélicos de siempre están afilando garras y dentaduras para atacar todo lo que sea transparencia y control, como lo vienen haciendo desde hace décadas, para el infortunio de la mayoría, no esa minoría que se cree dueña del país por una dice que elección general.

Ojalá que el invierno venga realmente pronto, y que la gélida brisa sea el preludio de una verdadera primavera. Disculpe por favor amantísimo lector, estas licencias poéticas, a veces uno tiene que permitírselas para no acometer otro tipo de desafíos menos decorosos y más punitivos. La opacidad no es buena amiga del bien común, hace rato que es hora que lo entiendan, pero todavía se niegan.

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