01 dic. 2024

Garantizar una vida sin violencia para las mujeres

Considerada como una epidemia por las Naciones Unidas, la violencia contra las mujeres continúa imparable en Paraguay. Datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que, a nivel país, el 78,5% de las mujeres de 18 años y más han sufrido algún tipo de violencia, al menos una vez a lo largo de su vida; eso implica que una de cada tres mujeres ha sufrido violencia en el ámbito familiar al menos una vez en su vida. Urgen acciones más decididas para prevenir y, sobre todo, asegurar a todas las mujeres el derecho a una vida sin violencia.

Uno de los peligros que debemos enfrentar como sociedad es la normalización de la violencia. Los datos de las organizaciones del Estado nos hablan de una verdadera epidemia, considerando los feminicidios y los hechos de violencia contra las mujeres.
Los datos de la Encuesta Nacional sobre Situación de las Mujeres en Paraguay, realizada por el INE, señalan que en el Paraguay el 78,5% de las mujeres de 18 años y más han sufrido algún tipo de violencia, al menos una vez en su vida. Formulado de otra manera, eso significa que 1 de cada 3 mujeres pasó violencia en el ámbito familiar.

Este dato se vincula con una conclusión de ONU Mujeres: “El hogar sigue siendo el lugar más peligroso” para las mujeres. El organismo internacional apunta que el 60% de las mujeres han sido víctimas de “su cónyuge u otros miembros de la familia”. Esto equivale a unas 140 muertes por día, o 1 cada 10 minutos. El fenómeno de la violencia traspasa fronteras y afecta a todas las categorías sociales y grupos de edad; y según datos de ONU Mujer, el Caribe, América Central y África son las regiones más golpeadas.

De acuerdo con los estudios, se apunta al hecho de que numerosas víctimas habían denunciado violencia física, sexual o psicológica antes de ser asesinadas, lo cual significa que muchas de estas muertes podrían haberse evitado, con una mejor acción de los organismos del Estado.

No obstante, y pese a los esfuerzos, dice la ONU que “los feminicidios se mantienen en un nivel alarmante”.

En nuestro país, hasta el mes de octubre, se han producido un total de 27 feminicidios y 22 tentativas de feminicidio, de acuerdo con los datos del Observatorio de la Mujer. En cuanto a los autores de estos crímenes, el 59% ha sido la pareja y el 26% la ex pareja. Los feminicidios han dejado en este 2024 un total de 58 hijos huérfanos, niños, niñas y adolescentes que, en la mayoría de los casos, vivirán además el peligro de caer en la pobreza extrema.

Pese a los esfuerzos que se han hecho en el país, todavía queda mucho por hacer. Recordemos el caso del 2023, cuando el país quedó horrorizado cuando un hombre atropelló repetidamente con un automóvil a su ex novia, quien falleció en el hospital. En aquel caso llamó la atención que el feminicida contaba con arresto domiciliario por una causa de violencia familiar contra la misma joven, y para cometer el feminicidio violó su arresto domiciliario. Esto ejemplifica una de las graves lagunas institucionales, en el sentido de proteger mejor a las mujeres que sufren violencia y denuncian a sus agresores.

Al mismo tiempo, debemos tener claridad en cuanto a que un feminicida no actúa por un arrebato, enojo o por estar bajo los efectos de drogas o alcohol, sino porque los machistas están validados culturalmente en nuestras sociedades al considerar que tienen derecho de posesión sobre las mujeres. Para superar esto, debemos hacer grandes esfuerzos desde la cultura y la educación; solamente de esta manera se podría proteger a las víctimas de violencia familiar cuando realizan las denuncias.

Es oportuno recordar el mensaje del papa Francisco, quien abordó recientemente este problema social, señalando que es una “hierba venenosa que afecta a nuestra sociedad y que debe ser eliminada”; y poco antes en una campaña contra el machismo en Italia instó a “educar en el respeto y el cuidado” y a “formar hombres capaces de relaciones sanas”.

Paraguay debe garantizar una vida sin violencia para todas las mujeres y evitar la normalización de estos hechos, y como dice el mensaje de Francisco: “Debemos luchar juntos para que se reconozcan los derechos humanos y la dignidad de todas las personas”.

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