En un acto, Fernández admitió que Argentina vive un “contexto muy difícil” que él no descuida, tiene “presente” y por el que trabaja “todos los días”.
“Somos muy conscientes de los problemas macroeconómicos que tenemos y también somos conscientes de que la crisis global hace más difícil cualquier solución y suma incertidumbres en un momento donde muchos pregonan y siembran temores”, dijo el presidente.
Argentina soporta fuertes temblores en el mercado cambiario, con un precio del dólar que ha subido en forma sostenida desde finales de junio último, cuando se sumaron restricciones para el acceso a divisas y luego renunció el ministro de Economía, Martín Guzmán, en medio de tensiones financieras y políticas.
De fondo, subyace una fuerte desconfianza inversora sobre la marcha de la economía local, signada por fuertes desequilibrios, la escasez de divisas y los problemas de financiación, entre otros factores.
Con todo, Fernández aseguró este viernes que la economía argentina “sigue creciendo”, aunque reconoció que hay un contexto de desafíos, “el desafío de enfrentar la inflación, el desafío de enfrentar a los que especulan con el dólar y el desafío de enfrentar a los que guardan 20.000 millones de dólares en el campo y no los liquidan esperando una mejor rentabilidad”.
“A cada uno de esos desafíos les voy a poner el pecho y los voy a superar”, dijo el jefe de Estado en un acto para presentar obras de infraestructura científica y tecnológica.
Sostuvo que su Gobierno cuenta con las “herramientas” para superar los problemas y hará “todo lo que esté al alcance” para que el crecimiento económico del 7,4% interanual en mayo último “no se caiga” y para que “la creación de trabajo siga existiendo”.
“Sepan que los que me quieren torcer el brazo, no me van a torcer el brazo porque sé que cuento con todos y cada uno de ustedes”, aseveró el jefe de Estado.
conflicto con el campo. El Gobierno y las patronales agropecuarias del país sudamericano, uno de los mayores productores y exportadores mundiales de granos y derivados, reavivaron el viernes las discusiones sobre el ritmo de liquidación de las divisas provenientes de la venta de la cosecha de granos.
La polémica creció luego de que el presidente Fernández, acusara este viernes a los agricultores de retener los granos en los campos, demorando las ventas para especular con la evolución del tipo de cambio, que se ha disparado este mes. La retención de la cosecha en los campos y silos demora el ingreso de divisas a Argentina, que necesita con urgencia aumentar sus reservas monetarias, en medio de severos desequilibrios macroeconómicos y crecientes tensiones financieras y cambiarias.
Las declaraciones del jefe de Estado fueron rechazadas por patronales agropecuarias, que mantienen una difícil relación con el kirchnerismo desde 2008, cuando estalló un severo conflicto por la aplicación de derechos a las exportaciones de granos y derivados.