EFE
Monti, que se encuentra en Asunción tras recibir el pasado fin de semana un galardón por su trayectoria en el marco del 25 Festival Internacional de Cine de Paraguay, afirmó en una entrevista que el cine “es la construcción de oraciones a partir de la emoción”, de forma similar a como lo hacen la música o la poesía.
El director de fotografía explicó que su labor se cimenta sobre la dirección de arte, la escenografía, la iluminación, el vestuario, y los otros departamentos que intervienen en la realización de una película y que, décadas atrás, en la época de los grandes estudios cinematográficos, trabajaban todos en un mismo espacio físico.
“Los grandes estudios eran como fábricas donde había carpinterías, zapaterías, sastrerías... Podías ir a almorzar y coincidir con los personajes de tres películas diferentes que se rodaban a la vez. Eras un reflectorista, pero podías ver cómo trabajaban los escenógrafos, o acudir a los ensayos de los actores. Entrabas en un mundo mágico, y compartías aprendizaje”, recordó.
Hoy ese aprendizaje integral solo se encuentra, según Monti, en espacios como los talleres del Teatro Colón, en Buenos Aires, donde también ha trabajado como diseñador de iluminación en óperas, ballets y obras teatrales.
Agregó que los profesionales del cine recurren ahora a las facultades y escuelas técnicas, pero sobre todo al trabajo en rodajes como principal formación.
“Para mí, mi taller de experimentación, de aprendizaje de técnicas y herramientas, fue la publicidad. La cantidad de recursos que tiene y la impunidad que se maneja para desarrollar experiencias hace que sea un buen laboratorio de ensayo y error”, expuso Monti, que dirigió la fotografía en comerciales para multinacionales.
Sus trabajos más sobresalientes, sin embargo, son en la pantalla grande, donde ha colaborado con directores como el argentino Juan José Campanella o los españoles José Luis Garci, con quien rodó en 2007 “Sangre de mayo” y obtuvo una nominación al Premio Goya a la Mejor Dirección de Fotografía, o Carlos Saura, con quien trabajó en 2015 en “Zonda”.
Su reconocimiento en Asunción le llega poco más de dos meses después de que la Meca del Cine, nada menos que la Academia del Cine de Hollywood, le invitase a integrar sus filas, como parte de un proceso de “democratización” de la institución.
“Creo que es importante que haya más integrantes en la Academia del Cine con derecho a voto. La Academia tiene unas raíces muy fuertes, en las que las empresas más poderosas tendrán más votantes y poder para hacer lobby, por lo que es raro que una película de poca potencia industrial tenga premiaciones”, declaró.
Agregó que Hollywood tiene una estructura siempre marcada por la influencia de directores europeos, en la que se están insertando también muchos cineastas mexicanos o de otros países latinoamericanos.
“A veces, el cine sirve para expresar las estructuras de una nación, como sucedía con las películas de Gabriel Figueroa en México, o con las de los años 40 y 50 en Argentina, que reflejaban la idiosincrasia del porteño. Es una herramienta de comunicación muy potente. Uno puede leer a Faulkner o a Dos Passos, pero ver ‘El Padrino’ supone una comunicación mucho más directa”, opinó.
El más reciente trabajo de Monti se podrá ver en mayo de 2017 en “Los padecientes”, un largometraje basado en la novela homónima del argentino Gabriel Rolón, y para el que se puso a las órdenes del director Nicolás Tuozzo, conocido por filmes como “Horizontal/Vertical” (2009).