Marisol Ramírez
@Lic.marisolramirez
Una familia unida por férreos valores y un profundo amor al arte, en especial a la música, es la que conforman el matrimonio de Manuel y Rocío, y sus hijas, Luján (17), Milagros (16) y Pilar (14) Ávalos Godoy, integrantes todos de la internacionalmente conocida Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura.
“El estar todos apasionados por el arte, en especial en la música, nos conecta y fortalece como familia”, comentó a ÚH Manuel Ávalos, quien estudia y ejecuta guitarra popular en la orquesta, motivado en el instrumento que ejecutaba mi padre.
Manuel, quien inició la carrera de Arte Dramático en el IMA, confiesa que es un “verdadero privilegio” que toda la familia comparta el mismo interés. “Lo que no siempre se logra en las familias donde suele darse diversidad de intereses y gustos”, enfatiza.
La familia tiene como valor “el apoyo mutuo entre todos”, y quien tiene mayor facilidad o conocimientos, ayuda y motiva al otro, “para que todos avancemos juntos”.
La frase que como familia comparten es: “Nadie es mejor que todos nosotros juntos, y el logro de uno, es logro de todos”.
“Somos los primeros fans de cada uno y no hay celos porque entendemos que nadie es mejor ni peor que nadie, sino que todos somos distintos y eso nos hace únicos”, destaca Rocío Godoy.
La pareja de Manuel y Rocío fomenta el amor hacia el arte entre sus hijas desde siempre. “Desde la panza las niñas escucharon música, bailaron y dibujaron, a través de su mamá, nosotros sus padres siempre sentimos amor hacia el arte”, recuerda Manuel, quien en su juventud hacia teatro.
Además, el artista sentía atracción por la música, ya que su padre, Del Pilar Ávalos, integró la orquesta Los Reyes del Paraguay, lo que le mantenía en constante contacto con la música paraguaya.
Rocío, a su vez, forma parte de la Camerata Voces de María. “Desde muy niñas llevamos a nuestras hijas a talleres de dibujo, pintura, música, talleres de cuento”, comparte.
Sólidas bases
Como padres coinciden en que el arte es una herramienta fundamental para el desarrollo de varias habilidades. “La disciplina, la paciencia, la persistencia, el trabajo conjunto son valores que hacen que sean mejores personas, más sensibles, empáticas y con una visión transformadora del entorno”, afirma.
Por ese motivo, llegaron a la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, sintiendo afinidad con la visión y misión de la misma. “Estamos orgullosos de ser parte de ese gran proyecto que llena de alegría nuestras vidas”, destacan ambos.
Las hermanas combinan su educación media con su formación artística. Luján ejecuta la flauta traversa y el bandoneón y desde este año estudia arpa, y teatro juvenil en el IMA. Milagros ejecuta la flauta traversa, también estudia teatro en el IMA, en tanto que Pilar ejecuta el violín y la viola y también estudia música en el IMA. Manuel estudia y ejecuta la guitarra popular; Rocío además de cantar ejecuta la flauta traversa y es maestra y asesora pedagógica.
Amplia formación
Uno de los motivos por los cuales Manuel y Rocío, como padres, apoyan y fomentan el desarrollo artístico de sus hijas, así como el de cada uno de ellos mismos es que observan que a través de su contacto con el arte, amplían su formación cultural en general.
“La música nos ha permitido conocer diversas culturas, a través de los viajes a los que hemos tenido oportunidad de acceder”, rememora Manuel.
Estados Unidos (Miami, Atlanta, Carolina del Norte y Sur, Hawai entre otras ciudades), Brasil, Panamá y recientemente Argentina, son algunos de los lugares visitados por integrantes de la familia con la Orquesta de Cateura.
“Viajar por distintos lugares permite una visión diferente en todos los aspectos de la vida, valorar las diversas culturas, aprender de ellas, abre oportunidades”, afirma la artista y madre.
Todos aman la música y eso fortalece su unidad como familia, por ello, consideran que la música inspira y calma. “Es un puente que te lleva a lugares inimaginables”, dice Manuel.
“La música salva, sana, acompaña, transforma, une, motiva y nos hace mejores personas”, comenta Rocío.
Milagros sostiene que “la música cura todos los males”. Para Pilar la música es “su lenguaje del amor” y Luján refiere que “sin música la vida sería un error”.